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La pandemia exigió a los sistemas educativos de todo el mundo a encontrar modos alternativos para garantizar continuidad pedagógica durante los períodos en los que las escuelas no podían brindar clases presenciales debido a las medidas de aislamiento y restricción a la circulación. El cierre de las actividades presenciales ha traído un álgido debate respecto al impacto que pudiera tener en los aprendizajes y los aspectos socioemocionales, pero también sobre la efectividad de la medida para reducir la expansión y transmisión del virus.

Si tenemos en cuenta el último reporte del regreso a la presencialidad en escuelas de América Latina y el Caribe elaborado por Unicef (16 de septiembre) aún hay 8 países y territorios tienen las escuelas totalmente cerradas, 16 las tienen parcialmente cerradas, y 7 las han reabierto por completo. En 6 países y territorios, los centros educativos están en receso académico. Todavía 86 millones de niños, niñas y adolescentes continúan afectados por el cierre total y parcial de las escuelas en la región, con un promedio de 153 días sin clases presenciales desde el inicio de la pandemia hasta inicios de septiembre.

¿Cómo ha sido la situación en Argentina durante 2021? Este es el eje del nuevo informe del Observatorio de Argentinos por la Educación, titulado “¿Qué opinan las familias del sector estatal sobre la vuelta a la presencialidad?”, y con autoría de Sandra Ziegler (FLACSO Argentina), Gabriela Catri, Martín Nistal y Víctor Volman (Observatorio de Argentinos por la Educación).

El documento se centra en la modalidad de las clases durante el ciclo lectivo 2021 en las escuelas primarias estatales, con el objetivo de entender cómo ha ido cambiando la modalidad propuesta por las escuelas y cómo se está abordando la dinámica pedagógica. Los datos son el resultado de una encuesta a familias de alumnos que asisten a escuelas primarias urbanas de gestión estatal y de educación común de todo el país. El relevamiento se llevó adelante entre el 27 de agosto y el 21 de septiembre.

En primer lugar, podríamos decir que no quedan dudas de que 2021 viene siendo el año de la bimodalidad. Desde el inicio del ciclo lectivo, 8 de cada 10 (82%) escuelas primarias estatales combinaron clases presenciales y virtuales. Apenas el 10,6% de las escuelas tuvo clases totalmente presenciales y un 7% sólo virtuales durante 2021.

Esta situación impacta en la percepción de la calidad educativa: el 63,5% de los encuestados opinó que en 2021 la educación fue mejor que en 2020. El 23,5% no observó cambios significativos con respecto al año pasado, y un 9,5% señaló que la educación fue peor este año.

Una presencialidad restringida

Las restricciones sanitarias llevaron a que 3 de cada 4 escuelas (75,7%) vieran interrumpida la presencialidad durante 2021. Solo en 2 de cada 10 escuelas (21,8%) no hubo interrupciones. En el otro extremo, hubo una proporción similar (22,5%) de escuelas que tuvieron más de dos meses de interrupción de clases presenciales.

A partir de las vacaciones de invierno se registró una tendencia creciente a la presencialidad. De todas maneras, solo 4 de cada 10 (46,5%) escuelas primarias de gestión estatal daban clases en modalidad 100% presencial tras el receso escolar de julio. Una proporción similar (47,5%) mantuvo la dinámica bimodal, y un 5,6% seguía en modalidad virtual tras las vacaciones de invierno.

La pandemia mostró el lugar central de la escuela para enseñar, pero también para organizar la vida económica, social y cultural de las familias. Las familias pasaron a hacerse cargo de cosas que en prepandemia realizaba la escuela y es muy posible que no estén dispuestas a borrar la tradicional frontera entre ambas instituciones. Si comprendemos esto es posible construir un nuevo pacto donde posiblemente haya muchos más espacio/tiempo educativos compartidos entre ambas”, señaló Flavio Buccino, maestro y especialista en gestión educativa. Para Buccino, la pospandemia es una oportunidad para repensar un nuevo pacto escuela-hogar.

¿Cómo será el 2022?

Según los resultados de la Encuesta, una vez superada la pandemia, 7 de cada 10 familias prefieren que la escuela vuelva a ser únicamente presencial una vez que se haya superado el COVID-19. El 23% preferiría que continuara la combinación de presencialidad y virtualidad, mientras que un 5,2% preferiría continuar de manera virtual.

Si bien hay una marcada preferencia por el modelo presencial, un cuarto de los encuestados apoyaría la enseñanza bimodal (presencial y virtual) una vez que se estabilice el regreso a las instituciones. Este dato constata que la experiencia de la pandemia abre posibilidades para desarrollar opciones que no necesariamente implican el regreso al esquema vigente antes de marzo de 2020. Cualquier iniciativa de esta naturaleza debe cuidar que no se incrementen las condiciones de desigualdad, como ha acontecido, pero se pueden considerar alternativas para llevar a cabo experiencias relevantes de aprendizaje y enseñanza”, plantea Sandra Ziegler, coautora del informe.

Por su parte, Mariano Narodowski, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella y académico asociado a Argentinos por la Educación, afirmó: “Un 28% de las familias encuestadas preferirían que sus hijos continúen estudiando en una modalidad escolar que combine algún tipo de presencialidad y virtualidad, o directamente en modalidad virtual. Este resultado hubiese sido impensado en 2019, antes de la pandemia. En principio indicaría que hay mucha gente que tuvo una experiencia positiva, y que entiende que parte de esta experiencia debe sostenerse en el tiempo”, sugirió.

¿Cómo ha sido la experiencia en la bimodalidad?

Según el informe, sumamente heterogénea. Materiales digitales, cuadernillos, plataformas o esquemas de alternancia. No hay un denominador común que permita identificar el porqué de esta preferencia de ese 28% que no prefiere un esquema completamente presencial.

Es por ello que resulta fundamental la participación de las familias para comprender cómo continuar diseñando esquemas de trabajo que permitan acompañar y fortalecer los aprendizajes y trayectorias de los alumnos, pero también atender los posibles escenarios futuros que presente la emergencia sanitaria.

Del 25 al 28 de octubre, madres y padres de las 24 provincias se encontrarán en jornadas virtuales del Segundo Encuentro Nacional de Familias por la Educación (ENFE), para intercambiar ideas y generar propuestas para garantizar la continuidad pedagógica.

Serán cuatro días de jornadas virtuales, que tendrán como eje principal la continuidad pedagógica en la pospandemia. Familias de las 24 provincias del país participarán de esta segunda edición del ENFE, y convocan a sumarse a quienes aún no lo hayan hecho.

En el cierre del Encuentro se presentará la declaración “La Voz de las Familias 2021”, un documento que sintetizará el resultado del trabajo de todos los participantes a lo largo de las cuatro jornadas. Será el jueves 28 de octubre, de 19.00 a 20.15 hs.

Para participar del ENFE, las familias pueden inscribirse hasta el viernes 22 de octubre en www.argentinosporlaeducacion.org/familias

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