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La imaginación, la fantasía y la creatividad en su máxima expresión. Así podría definirse Valor Vereda, el grupo de espectáculos para las infancias que se destaca por sus propuestas teatrales lúdicas e interactivas desde hace más de una década y media.

Sus obras han ganado el premio ATINA durante varios años consecutivos y fueron nominados a los Premios Hugo en diversas oportunidades. Además, el grupo fue declarado de Interés Educativo por el Ministerio de Educación de la Nación (2013), y de Interés Educativo, Cultural y Social por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2015).

Actualmente, están por presentar Elegí, un espectáculo que propone una experiencia narrativa distinta basada en la improvisación y cuyo protagonismo está del lado de los espectadores, quienes van tomando decisiones sobre el desarrollo de la historia. Además, el mes próximo vuelven con un clásico del grupo, Soy valiente, obra que pone en escena un tema que nos atraviesa a todos, el miedo, de un modo alegre, distendido y a pura música.

En Sobre Tiza, dialogamos con Elisa López Oroño, una de las integrantes de Valor Vereda quien, junto a Diego Mazurok, Lautaro Matute y Agustín Lumerman conforman este equipo artístico que reivindica el encuentro y el juego en cada propuesta.

ST: ¿Como pensar espectáculos para las infancias desde una perspectiva de derechos?

Cuando hablamos de derechos el primero que aparece es el derecho al juego, es algo ineludible que Valor Vereda viene abordando desde su identidad y misión hace 16 años, cuando nació. Sin embargo, también al hablar de juego es necesario detenerse y ver de qué estamos hablando. Hay muchas propuestas escénicas donde se le denomina juego a una situación de imitación, es decir, hacer lo mismo que están haciendo en el escenario, y eso dista mucho de lo que entendemos por jugar. Para nosotros, el juego está íntimamente ligado al protagonismo de quieres están jugando y decidiendo jugar. A la hora de proponerlo, el juego tiene que ser lo suficientemente claro para que uno pueda decidir estar o no estar, tener voz, voto y palabra. Incluso en una propuesta masiva tenemos que ver qué tipo de acercamiento ofrecemos para que la intervención sea real. 

El derecho al juego, a la participación genuina y a ser escuchados son los derechos que más priman.

ST: ¿De qué forma abordan el entretenimiento infantil sin pasar por un consumo de tecnologías?

En realidad, lo raro sería abordarla desde la tecnología. Hemos utilizado la tecnología en el momento de la cuarentena como canal y no como propuesta en sí misma. Siendo genuinos, nuestro acercamiento a las infancias no es desde ahí. Nuestra propuesta y nuestra forma de acercarnos es analógica, siempre mirando a los ojos y jugando con lo que hay. En cada propuesta, procuramos realizarla teniendo en cuenta los distintos contextos y las distintas poblaciones, donde puede haber más o menos tecnología. Es abordar el juego desde lo que hay apelando a los recursos humanos y al encuentro.

Elisa López Oroño y Diego Mazurok, en Elegí.

ST: La propuesta de Elegí, el último espectáculo, nos recuerda al “elegí tu propia aventura” de hace décadas, ¿Qué nos trae este formato en el presente?

La propuesta de Elegí está inspirada en esos libros que nos hacían viajar con la sensación de estar siendo los protagonistas de una historia y que, sin embargo, tenían determinada cantidad de páginas y de finales que se iban repitiendo. Elegí es una propuesta donde la historia es improvisada, narrada y actuada en vivo. Se va llevando de tal forma que genera la sensación de estar siendo parte de esa historia. Por otra parte, cada una de las elecciones que se hacen son colectivas. Algunas son de una persona representando a toda la sala, lo cual genera una responsabilidad que decidimos acompañar para que cada niño o niña que es elegido se sienta apoyado en sus decisiones que son por votación. Es una decisión grupal, no está en la intimidad de quien está leyendo un libro.

ST: ¿De qué forma es hoy posible incentivar la imaginación y la creatividad en las infancias sin la mediación de las tecnologías digitales? ¿Y el valor del encuentro humano en este contexto?

Me sería inconcebible trabajar la creatividad y la imaginación a través de la tecnología. Por nuestra experiencia y por cómo nos acercamos a las niñas y niños, jugamos con lo que hay y lo que hay siempre es el encuentro. Cuantos menos estímulos externos haya, visuales, auditivos, más brillo va a tener el mundo que se crea a través de la imaginación, que es patrimonio de las infancias y de los adultos que la han sabido cultivar. En nuestro recorrido, llegar a ese imaginario es mucho más fácil si estamos despojados de otros estímulos. La tecnología, por lo menos en nuestro abordaje, es un estímulo que puede opacar ese otro lenguaje que está ahí en las niñeces y en los adultos, que está ahí siempre pulsando.

La imaginación es patrimonio de las infancias y de los adultos que la han sabido cultivar.

Elisa López Oroño y Diego Mazurok.

ST: En julio reestrenan Soy valiente, ¿cuál es la propuesta central del espectáculo?

Soy valiente nace a partir del trabajo que hemos hecho con niñas y niños a lo largo de estos 16 años. En el momento de jugar aparecían personajes que tenían miedo e íbamos viendo que los chicos se identificaban mucho con algunos de los temores más universales. Entonces nos vimos en la responsabilidad de tomar posición en relación con este tema. Pensamos cómo abordar los miedos para poder generar una escucha y también para ofrecer alguna herramienta que alivie y que invite al empoderamiento y que tiene que ver con habitar el miedo y poder enfrentarlo.

Cuando el miedo es de la imaginación las herramientas para vencerlo también son de la imaginación. Y también salir de la lógica de que el valiente es quien no tiene miedo. En Soy Valiente los chicos y los grandes sueltan miedos en vivo, hay distintas herramientas que vamos acercando para encontrarle un lugar a esa emoción que es ineludible y lo hacemos desde la alegría, la música y la narración. Es la historia de un grillo que vive con una jirafa y que, un día, ella se va a la ciudad y a él le toca ir a buscarla. Todo lo que le sucede allí está muy ligado al crecimiento. En toda esa verdad radica la fuerza de Soy valiente desde hace tantos años.

Cuando el miedo es de la imaginación, las herramientas para vencerlo también son de la imaginación.

Diego Mazurok

ST: Muchas de sus producciones se caracterizan por propuestas interactivas que convocan a las infancias desde un lugar distinto ¿Cómo es el vínculo con los niños y niñas en el escenario? ¿Qué aprenden de ellas y ellos?

El vínculo que establecemos con los pibes y las pibas es un vínculo genuino, el mismo que establecemos con los adultos tomando un café o recibiendo un abrazo. No hay diferencia en relación al contenido o desde dónde nos acercamos, pero sí en relación al lenguaje. Esa escucha genuina tiene que ver con darle un lugar real. Si en un espectáculo son 3 mil personas podemos darle un lugar y no otro. Entonces trabajamos mucho en cuáles son los escenarios propicios para un tipo de interacción o para otro tipo. Y esto está muy anclado en lo que nosotros podemos ofrecer. Esa genuinidad parte desde ahí, desde dónde queremos escuchar y dialogar, cómo queremos saludar a los pibes cuando termina un show. En todo eso también hay mucho trabajo que se refleja luego en el tipo de interacción que aparece. Hay mucha coherencia entre lo que hacemos dentro del escenario y afuera del escenario.

ST: Además de actores y músicos, los miembros del grupo son docentes ¿Qué herramientas de la docencia se ponen en juego en el trabajo artístico y viceversa?

La diferencia sustancial en el abordaje de las infancias como docentes y como artistas tiene que ver con estar acompañando un proceso o solo estar propiciando un instante de un hecho artístico. Son igual de significativos pero muy distintos. El primero tiene que ver con un tiempo y evoluciones dentro de ese tiempo y el hecho artístico intentamos que sensibilice mucho en el momento. Si luego hay un proceso, muchas veces nos resulta invisible, no somos parte de él. Son roles bien distintos. Tal vez lo que nos hermana en ambas situaciones es la mirada hacia las infancias. De tantos años de estar a cargo de distintos grupos sabemos cuáles son las cosas que convocan e inquietan a nivel inicial, cuáles las que desafían a primer ciclo, de qué forma bajar una consigna teniendo una edad o la otra. Esas son cosas que sabemos de estar en el rol docente. Y viceversa, todas las herramientas para poder acercarnos rápidamente, tal como requiere el hecho artístico. Tenemos que ir con lo más efectivo en la menor cantidad de tiempo para, desde la genuinidad, acercarnos a los pibes. Eso, puesto en aula, también ha sido de gran ayuda.

ST: ¿Qué otros proyectos tienen en mente?

Además de seguir girando con la banda, estamos con dos proyectos editoriales. Anteriormente se publicó el libro Canción, de Soy Valiente y en breve, para las vacaciones de invierno, sale a la venta Contame un cuento. Ahora está ya terminado en la editorial Ramiro, Mica y Trini, que es la historia de los hermanos protagonistas del espectáculo Elegí y estamos escribiendo nuestro primer libro para adultos de actitud lúdica para compartir nuestra visión que tanto bien nos ha hecho a la hora de abordar el juego con las infancias pero luego, y es lo que vamos desarrollando en el libro, a la hora de vivir nuestras propias vidas con una actitud lúdica.

Dónde y cuando disfrutar de los espectáculos de Valor Vereda

Elegí se presentará los sábados 17 y 24 de junio a las 17 en La Carpintería. Conseguí tus entradas acá. 

Elisa López Oroño, Diego Mazurok, Lautaro Matute y Agustín Lumerman, en Soy Valiente.

A partir del 16 de junio, se podrá ver Soy Valiente en la Ciudad Cultural Kónex.

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