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El avance de la inteligencia artificial sigue generando interrogantes que nos resultan difíciles de responder. Desde los apocalípticos hasta los más optimistas cuentan con limitaciones para fundamental sus posiciones, mientras que las máquinas siguen aprendiendo.

En este sentido, María Mercedes Mateo-Berganza, jefa de Educación del Banco Interamericano de Desarrollo, destacó participó del Conversatorio “ChatGPT, perspectivas y alcances para la educación en América Latina y el Caribe”, organizado por OREALC/UNESCO Santiago, Chile. En su presentación, reflexionó sobre el papel transformador de la tecnología y la inteligencia artificial en la educación. Durante su discurso, destacó el impacto de dos invenciones clave en la historia: la imprenta en el siglo XV y la tecnología de inteligencia artificial generativa, representada por ChatGPT, lanzada en 2022 por OpenAI.

Sin embargo, Mateo-Berganza señaló que, a pesar de los avances tecnológicos, el acceso al conocimiento sigue siendo limitado en el siglo XXI. Sorprendentemente, reveló que el 70% de los niños de 10 años en el mundo no saben leer, lo que plantea una preocupación significativa sobre la equidad educativa.

En particular, la jefa de Educación hizo hincapié en el potencial de la inteligencia artificial generativa, como ChatGPT, para generar contenido nuevo y original. Esta capacidad, según ella, plantea tanto desafíos como amenazas en el panorama laboral. Con los avances tecnológicos y la automatización, las habilidades humanas se vuelven obsoletas a un ritmo acelerado, lo que lleva a una creciente brecha entre las habilidades requeridas y las que poseen los trabajadores.

Inteligencia Artificial y Educación, un diálogo abierto

Mateo-Berganza enfatizó que el éxito de la inteligencia artificial generativa, como ChatGPT, depende de la calidad de las interacciones humanas y de las preguntas planteadas. Esta relación simbiótica podría generar asimetrías e inequidades, lo que subraya la necesidad de abordar estos problemas y garantizar una interacción justa y equitativa con la tecnología.

Sin embargo, la jefa de Educación también resaltó el potencial de la inteligencia artificial en la educación. Citó el ejemplo de Brasil, donde se ha implementado un programa llamado electrus que utiliza una plataforma de inteligencia artificial para apoyar el desarrollo de habilidades de escritura en los estudiantes. Además, mencionó los esfuerzos del Banco Interamericano del Desarrollo para apoyar a los países de la región en la incorporación de inteligencia artificial en procesos educativos, como sistemas de alerta temprana, plataformas de aprendizaje personalizadas y evaluación de aprendizajes.

En conclusión, Mateo-Berganza subrayó que el verdadero desafío no radica en la tecnología en sí, sino en la baja calidad y la alta inequidad de los sistemas educativos y de formación. Para que los avances tecnológicos representen un salto en el bienestar social, es necesario implementar mecanismos de redistribución y garantizar que la educación sea la herramienta por excelencia para brindar acceso equitativo a todos los beneficios de la tecnología.

Con esta reflexión, María Mercedes Mateo-Berganza resalta la necesidad de abordar los desafíos y oportunidades que la inteligencia artificial presenta en el ámbito educativo, enfatizando la importancia de una educación inclusiva y de calidad para aprovechar al máximo el potencial de la tecnología en beneficio de la sociedad.

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