Sistema Chacras es un programa de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) creado para desarrollar soluciones sustentables que atiendan a las demandas concretas de productores agropecuarios de un territorio.
Para lograr esto, cada uno de los 16 proyectos que lidera el Programa en distintas regiones del país integra la visión de los productores, la ciencia y la tecnología de las empresas bajo el lema “aprender produciendo”, es decir, con los pies en la tierra y sobre escenarios reales de producción. Desde Chaco hasta la Patagonia, los proyectos abordan problemáticas como agregado de valor, gestión de excedentes hídricos, diversificación de rotaciones, recuperación y mejora de la fertilidad de los suelos.
Uno de los fuertes del Programa es la formación de recursos humanos: cada Chacra asigna – e invierte – en un profesional, en su mayoría Ing. Agr., para que lidere el proyecto y se especialice, haciendo un posgrado en la temática central de la Chacra.
Al día de hoy el Programa cuenta con 9 profesionales formados o en proceso de formación de posgrado en temas vinculados a las Chacras, 3 de ellos pasaron a integrar el Staff permanente en Aapresid.
Alejo Ruiz, joven oriundo de Rosario e Ing. Agr. egresado de la Facultad de Ciencias Agrarias – UNR en 2015 es uno de ellos, y nos cuenta su experiencia.
Crecimiento profesional y oportunidades
Alejo se crió en el campo: “siempre me gustó la biología y estar en contacto con la naturaleza”, asegura. Tentado por la amplia salida laboral de la carrera, la decisión de estudiar Agronomía fue un hecho.
En Aapresid empezó como pasante junto a Tomás Coyos, hoy Gerente de Sistema Chacras, quien rápidamente lo integró a las tareas del grupo. Tiempo después, se involucró Justiniano Posse (Córdoba) como Gerente Técnico de Desarrollo de la Chacra hasta 2019, cuando pasó a ser Coordinador Técnico Zonal teniendo a su cargo otros 4 proyectos.
Uno de los puntos fuertes de la propuesta de Chacras es aprender en contacto con sistemas reales de producción y con las necesidades del productor. En ese sentido, Ruiz considera que la experiencia le aportó herramientas de investigación: “aprendí cómo diseñar un experimento, ejecutarlo en el campo con la tecnología del productor, analizar los datos e interpretar los resultados”; pero fundamentalmente le sirvió para aprender de los productores, entender cómo cómo trabajan y cómo encaran los problemas. Alejo pone en valor “la importancia de la investigación aplicada, la que le sirve al productor a la hora de tomar una decisión”.
Mientras realizaba su trabajo, tuvo el apoyo del Programa para hacer en simultáneo una Maestría en Manejo y Conservación de RRNN donde profundizó en la fertilización nitrogenada en maíz en ambientes con napa del sudeste de Córdoba.
Aprendizajes que van más allá de lo profesional
La mudanza a Justiniano Posse fue un gran desafío personal, confiesa, más que nada por estar lejos de los afectos. Pero los vínculos con los miembros de la Chacra y las actividades recreativas y deportivas en la zona hicieron a la experiencia enriquecedora, que disfrutó con calidad de vida. “Fue la mejor y más completa ´residencia agronómica´ que pude haber realizado luego de recibirme”, asegura.
Esta experiencia lo impulsa hoy hacia nuevos horizontes. Alejo se encuentra realizando un Doctorado en Iowa State University en el grupo de investigación de Sistemas Integrados de Producción de Cultivo (Integrated Cropping Systems Lab).
La experiencia de Ruiz es una prueba de este “acercar la ciencia al campo”: hacer que los Ing. Agrónomos salgan de los laboratorios e invernaderos para entrar en contacto con la realidad de los productores.
Esto permite no sólo “fortalecer el vínculo entre la institución e investigadores y asegurar los resultados que necesitan los productores” como destaca Ruiz, sino formar profesionales con empatía, capaces de entender a los productores, sus necesidades, su forma de ver y hacer las cosas, poniendo en valor la dimensión humana para la construcción colectiva del conocimiento.