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La imposibilidad de concurrir al teatro debido al aislamiento social provocó que muchos elencos y teatros subieran filmaciones de las obras a internet para que el público pueda visualizarlas desde sus casas. El teatro es un ritual que se caracteriza por el encuentro entre público y artistas. Sería incongruente pedirle a las transmisiones online que reproduzcan ese hecho vivo. Sin embargo, puede servir a los fines educativos. En ese sentido, las áreas de Audiovisuales, Gestión de Públicos, Prensa y Producción del Teatro Nacional Cervantes, en un trabajo conjunto, subieron al canal de YouTube Cervantes Online parte de su programación de obras teatrales y charlas con directores y dramaturgos.

Dentro del Área de Gestión de Públicos, se encuentra la de Educación, a cargo de Sonia Jaroslavsky, periodista especializada en artes escénicas y docente universitaria con una amplia experiencia en la formación de espectadores, labor por la cual escribió el libro “Cómo formar jóvenes espectadores en la era digital”, junto con Ana Durán. Actualmente, la dirección general del teatro está a cargo de Rubén D´Audia, quien también tiene experiencia en el campo educativo como gerente de Educar entre 2011  y 2015.

Un trabajo que mira al futuro

Sonia Jaroslavsky. Ph Mauricio Cáceres.

El Área de Educación viene trabajando desde hace varios años en el vínculo entre escuela y teatro con el objetivo de propiciar el hábito de ir concurrir a él. Para ello llevan a cabo acciones de acercamiento que incluyen la visita a ver obras programadas, guías didácticas para el trabajo en clase y cursos de capacitación docente. En diálogo con Sobre Tiza, Sonia Jaroslavsky explica que el trabajo de generar un hábito de ir al teatro es a largo plazo y cuenta con la escuela como uno de los mediadores por excelencia. “El enfoque desde un área de gestión de públicos trata de trabajar con los espectadores fidelizados pero también con la inclusión. Dentro  de esta conceptualización entra la educación como un elemento principal porque creemos, como dice Bourdieu, que el hábito se genera en principio a través de un mediador, ese mediador puede ser la familia o la escuela. Cuando creamos este hábito en la niñez es probable que lo retomemos en la adultez, tanto desde el lugar de la expectación como desde el lugar de la creación”.

El hecho de generar y mantener el hábito de ir al teatro es una tarea que se caracteriza se proyecta al largo plazo: “Es un trabajo que hay que hacerlo de manera constante y pensándolo a futuro”. Además, implica el vínculo cercano con los docentes, sin los cuales sería imposible planificar y llevar a cabo actividades que implican salir del espacio escolar. “Creemos que nuestro aliado es el docente, es el que motiva, el que ayuda a salir, también los promotores culturales. En las escuelas es muy dificultoso programar las salidas, convencer al director y los miedos que suceden con las salidas de los chicos a cualquier espacio. Por eso es importante trabajar con los docentes como aliados”, enfatiza Jaroslavsky.

«Trabajamos con una idea de repetición de la experiencia para generar este hábito al teatro, este lazo afectivo con la institución»

El trabajo que se lleva a cabo desde el Área de Educación plantea dos instancias. La primera es de sensibilización, donde los niños y adolescentes concurren al teatro por primera vez. Allí todavía no saben muy bien a dónde los llevan o si están lejos de sus casas. La segunda etapa es de profundización y trabaja con escuelas secundarias y terciarios. Acá los alumnos ya entienden a dónde van, reconocen cuestiones espaciales básicas y pueden comparar con lo que vieron antes. En una tercera visita ya comienzan a experimentar una sensación de pertenencia. “No quiero decir con esto que el teatro siempre tiene que ser placentero, el teatro produce un montón de cuestiones emocionales, estéticas, intelectuales diferentes. Pero la tercera vez ya siento que ese espacio es mío, me pertenece, que ese es un espacio del Estado que está abierto para mí. Trabajamos con una idea de repetición de la experiencia para generar este hábito al teatro, este lazo afectivo con la institución”, explica Jaroslavsky.

Además, el Teatro Cervantes ofrece el TNA Accesible, un programa de accesibilidad cultural integral destinado al disfrute del público en igualdad de condiciones. Así, se llevan a cabo funciones que incorporan servicios técnicos y humanos para las personas con discapacidad sensorial visual, auditiva y la comunidad sorda. Visita táctil, audiodescripción, programa con código QR punteado y lengua de señas son los servicios que se ofrecen. Al respecto, Jaroslavsky detalla con emoción lo que sucede en estas visitas: “Para las personas ciegas y sordas o hipoacúsicas es mucho más importante esta experiencia, saber llegar, moverse, el afecto de acompañarlos hasta el subte”.

Teatro y educación en el contexto del aislamiento social

En el marco del trabajo que hace el Área de Educación, también realizan talleres de formación docente, donde se trabaja la programación del teatro con el aporte de académicos y personalidades del campo cultural que plantean una mirada transversal a las propuestas estéticas del Cervantes. “Ese espacio de formación era muy rico porque permitía un acercamiento, que el docente se empape de esa producción, que abra el pensamiento y que trabaje el material pedagógico haciendo siempre su trasposición”, explica Jaroslavsky.

A partir del aislamiento social obligatorio establecido por el Ejecutivo Nacional, el equipo de educación pensó que era un contexto para capitalizar todo el material filmado del que disponían. “Con la llegada de la pandemia nos dimos cuenta de que teníamos registro de todos los espectáculos, entendiendo que estos registros nunca estuvieron pensados para emitirse en un medio. Era un registro del material pero no estaba filmado a tres cámaras. Pero tuvimos la suerte de que “El hombre que perdió su sombra” estuviera filmado de esa manera. El desafío fue en principio plantear que estos materiales se podrían compartir haciendo una curaduría, evaluando qué tipo de contenidos sería el mejor dentro de estas condiciones que, sabemos, no son las favorables, que es una instancia por la pandemia porque el teatro es un hecho vivo, que es en el espacio, es cuerpo a cuerpo, es uno de los pocos rituales que nos quedan. Entendiendo todo esto podemos poner en el Cervantes online, por un tiempo determinado, la proyección de un material para de alguna manera acercar a la gente, ya que tenemos un montón de consumidores de teatro que estaban a la espera de esto”

Una de las obras del Cervantes Online que más éxito tuvo dentro del público fue “El hombre que perdió su sombra”, versión libre de un cuento de Adelbert von Chamisso, cuya puesta propone un interesante cruce entre el lenguaje teatral y el audiovisual. El cuadernillo pedagógico sobre la obra permite trabajar contenidos tanto de teatro como de literatura y el éxito fue mucho mayor al esperado. “Tomamos el cuadernillo que ya teníamos y lo compartimos con los docentes. Nunca pensamos el alcance que iba a tener, están pidiendo que sigamos poniendo la obra, los chicos están trabajando con su familia a través de la escuela, se los dan para trabajar en sus casas. Además nos tomamos el trabajo de subtitular todas las obras. Es una sorpresa cómo están trabajando estos materiales. Porque el espectáculo es brillante, se acompaña con un video del detrás de escena”, explica. Además, todos los contenidos del Cervantes Online están subidos a la plataforma Seguimos Educando.

 

En este contexto donde la imposibilidad de ir al teatro hace que veamos versiones filmadas de las obras, el teatro online empieza a competir con otros consumos culturales como las series y las películas. Al respecto, Jaroslavsky plantea que si bien “se está viendo desde hace muchos años que la gente se quiere quedar en su casa”, por otro lado el teatro posee algo que lo hace distinto a todo, un ritual repleto de magia. “El teatro en este sentido es una perlita de un ritual maravilloso, cuando descubren esa llave para ingresar a ver teatro, cuando pueden romper todos los prejuicios trabajándolos desde chicos, incentivando a la familia para generar este hábito, no hay vuelta atrás. No importa en qué momento de la vida se vuelvan a acercar, ellos supieron que alguna vez pudieron ir al Cervantes, al Colón, al Museo de Bellas Artes. Es una llave que se abre y que uno la puede guardar en su corazón y tal vez a los 40 cuando ya tuvo hijos y quiere volver a salir, puede recordar que alguna vez estuvo ahí y volver sin prejuicios. Lo importante es que esa llave se abra, si es desde más chicos mejor, para encontrarse con este consumo cultural que es cuerpo a cuerpo y que justamente con la pandemia uno empieza a valorar más”, reflexiona.

“El teatro es una perlita de un ritual maravilloso, cuando descubren esa llave para ingresar a ver teatro, cuando pueden romper todos los prejuicios trabajándolos desde chicos, incentivando a la familia para generar este hábito, no hay vuelta atrás.»

Formación de nuevos periodistas

El Área de Educación del Teatro Nacional Cervantes también tiene un espacio dedicado a la crítica en artes escénicas, que ya va por la cuarta edición: el Taller de Jóvenes Periodistas, que está dirigido a alumnas y alumnos regulares de instituciones de nivel terciario y superior de las carreras de Licenciatura en Artes Combinadas, Crítica de Artes, Comunicación Social, Periodismo gráfico y radial especializado en Artes, Sociología, Historia, Letras y afines. En esta oportunidad, decidieron iniciarlo de manera virtual. Sobre esto, Jaroslavsky se muestra muy contenta por los logros y cuenta: “Hicimos la convocatoria al taller, vamos a hacer los coloquios y decidimos iniciarlo igual a pesar de no estar en el teatro con programación en vivo. Iniciar las clases y entender que el periodismo también se tiene que adaptar a lo que va sucediendo, a estas convenciones nuevas que aparecen. Vamos a hacer las clases, entrevistas, y a salir a escribir sobre las producciones del Cervantes y otras producciones online que están sucediendo y una reflexión sobre los procedimientos teatrales. Estamos a la expectativa, repensando, rehaciendo las actividades en estos días vertiginosos, entendiendo que no todos tienen acceso a la tecnología y que muchos no están pudiendo acceder a estas plataformas.

Sin dudas, el vínculo entre educación y teatro es sumamente rico pero también implica un camino de mucho trabajo a largo plazo. El teatro puede funcionar como un vehículo para el aprendizaje de diversos contenidos: historia, literatura, geografía, arte y mucho más puede enseñarse y aprenderse de una manera lúdica, divertida y distinta. Pero además, el teatro habilita un tipo de aprendizaje vinculado a las emociones. Las artes escénicas son encuentro, son ritual, son cuerpos a disposición de la expresividad propia de cada sujeto. Y ese aprendizaje es único y maravilloso.

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