De lobos y fantasmas

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Por Lucas Esteban Delgado, director de Sobre Tiza.

“Un fantasma recorre el mundo editorial y es el fantasma de la hiperconcentración”

«Sigue la concentración editorial: Santillana compra Norma» en Clarin.comCultura, 02/03/16

Así comienza el anuncio de la adquisición de una licencia para explotar las marcas de Carvajal Soluciones Educativas por parte de Prisa Educación en el diario Clarín. Pongamos algunos nombres conocidos.

  • Grupo Prisa es dueño mayoritario de Santillana (libros de texto escolares), Sistema iUNO (sistema de educación basado en una propuesta digital), Loqueleo (literatura infantil y juvenil, antes Alfaguara Infantil y Juvenil), Richmond (libros de idiomas), y Editora Moderna (libros de texto en Brasil).
  • Carvajal Soluciones Educativas tenía bajo su ala a Kapelusz (libros de texto en Argentina), Norma (libros de texto en América Latina y también literatura infantil y juvenil con sus colecciones Torre de Papel, Zona Libre, Buenas Noches, GOLU, Narrativa Histórica, entro otras), Educa Inventia y Educa Digital (ambos sistemas de enseñanza en el que prima el desarrollo de plataformas y contenidos digitales), Greenwich (libros de idiomas) y Voluntad (libros de texto en Colombia)

El acuerdo entre los grupos Prisa y Carvajal hace que el primero aumente significativamente su participación en el mercado editorial en toda la región. Y sí, claro, el fantasma que recorre el mundo editorial crece y ya no es tan fantasma, sobre todo para el Grupo Clarín, propietario de la editorial Tinta Fresca, que también interviene, aunque con una cuota menor, en la producción de libros escolares.

Dos grandes rivales vuelven a encontrarse. Prisa y Clarín ya batallan en el mundo de los medios de comunicación, y ahora también gana terreno la batalla de los pupitres. El aula se vuelve escenario de disputa. Las compras de libros de texto por parte del Estado es uno de los grandes negocios de las editoriales, además del mercado privado, que en el país es más que suculento.

Lo interesante es que los principales grupos de medios, quienes se encargan de informar (hablando mal y pronto) son los mismos que están produciendo la mayor porción del mercado de libros con el que se educan los alumnos en la actualidad. ¿Estamos queriendo decir que antes no sucedía? Ni por asomo. Siempre hubo una implicación política, tanto de parte del Estado como de los intereses privados. Pero es, al menos, interesante ver cómo el mercado más allá de la concentración no está operando solo en términos económicos y financieros (propio de los negocios), sino también a través de la cuestión simbólica. La educación sigue siendo un escenario de construcción de una visión del mundo. ¿Cómo discutir que algo puede ser diferente si el que me informa, el que me educa y el que me brinda acceso a la información me dicen lo mismo?

Nos espera un tiempo en el que no vamos a discutir con el poder económico, sino que vamos a tener que romper las barreras de una idea de mundo que estuvo vigilada por pocas mentes… y así nuestros deseos de una educación para la emancipación y la libertad, se nos vuelve un poco más utopía, pero no por eso deja de ser nuestra principal batalla.

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