Es lo que todo usuario de Internet puede hacer gracias a la creación de imágenes virtuales, como parte de una iniciativa realizada por universitarios, que tiene como fin difundir la cultura regional con nuevas tecnologías. La experiencia está disponible para ser descargada de forma gratuita.
Para realizar este proyecto, alumnos y docentes se basaron en el uso de programas CAD y de videojuegos, y reconstruyeron en forma virtual la Fortaleza Protectora Argentina, que en 1928 fue el origen de la actual ciudad de Bahía Blanca. Investigadores de Geografía y Turismo recolectaron los datos técnicos del lugar construido hace más de un siglo.
Asimismo, integrantes del departamento de Ciencias e Ingeniería de la Computación armaron un programa especial que combina diversas técnicas para reconstruir el fortín y poder recorrerlo de modo virtual, simulando estar allí, en el lugar donde empezó la ciudad.
Martín Larrea, quien tuvo a su cargo el grupo de alumnos de Ingeniería y Computación que fue parte del proyecto., destacó que “Geografía realizó un relevamiento de toda la información asociada a la Fortaleza Protectora Argentina, en base a lo que nosotros realizamos su reconstrucción, utilizando programas de diseño y modelado 3D”. El profesional agregó que el objetivo final es distribuirlo, en forma libre y gratuita, como una herramienta para la enseñanza de la historia bahiense.
Por su parte, la doctora Patricia Ercolani, quien comandó el grupo de Geografía y Turismo, expresó que la elección de la Fortaleza tiene que ver con el hecho de ser el núcleo donde se gesta la ciudad de Bahía Blanca. “Nuestra idea es aplicar la tecnología al turismo, para conocer los lugares de manera virtual y aprovechar las posibilidades técnicas y el uso cotidiano de la computadora, especialmente en los más pequeños y jóvenes”, destacó.
La Fortaleza Protectora Argentina, que posee una forma cuadrangular cuyas puntas están ubicadas en las actuales esquinas de Estomba y Moreno, Chiclana y O’Higgins, O’Higgins y Brown, Vieytes y Moreno, fue ideada por el ingeniero Narciso Parchappe, en abril de 1828, por órdenes del Coronel Ramón Estomba. Con un tamaño de cuatro manzanas, el fuerte demandó cuatro meses de trabajo y fue construido con materiales traídos en barco, en carretas y animales. Tenía precarias construcciones, un aljibe y corral, protegidos por un terraplén. La forma del fuerte estaba estratégicamente pensada para los ataques de los malones, basada en las fortalezas europeas.
