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Desde 1999, la Asociación Amigos del Museo Sívori realiza una subasta anual para recaudar fondos para apoyar la labor del Museo Sívori de una forma profundamente ligada al contenido específico de promover el arte argentino. Este año, la subasta mantiene su espíritu y calidad, poniendo a disposición de los oferentes destacadas piezas de arte argentino, tanto clásico como contemporáneo, y también el mejor arte emergente.

Ricardo Roux, Liliana Golubinsky, Marta Minujin, Rogelio Polesello, Raúl Farco, Líbero Badíi, Juan Batlle Planas, Blas Castagna, Juan Doffo, Josefina Robirosa, Raquel Forner, Mariana Villafañe y Raúl Mazzoni, Luis Wells, son sólo algunos de los artistas cuyas obras estarán publicadas en esta vigésimo segunda edición de la subasta. Del 22 al 29 de junio, quienes deseen adquirirlas podrán consultar el catálogo completo y realizar sus ofertas desde cualquier parte del país, ingresando a https://www.amigosmuseosivori.org.ar/remate/.

En la plataforma del Remate en el Sívori los interesados encontrarán información de las obras y la biografía de los artistas, y además, el certificado de autenticidad con que se presenta cada una de las piezas.

Los fondos recaudados tienen como objetivo asistir económicamente a la dirección del Museo en las necesidades que surjan para la producción de las diversas propuestas museográficas; colaborar con la edición de libros que muestran el acervo patrimonial del museo; la creación de cursos y actividades para la comunidad; la donación de obras que completan la visión de la historia del arte argentino en el acervo del Museo Sívori; la restauración de obras del patrimonio; y la actualización permanente de los medios digitales; entre otros”, señala Irma Muslera, presidenta de la AAMS.

¿Qué obras incluye la Subasta?

El Remate en el Sívori se ha transformado en un clásico porque a lo largo de los años ha conservado un alto nivel de excelencia, tanto por los artistas convocados como por las obras seleccionadas. Como todos los años, los artistas muestran su compromiso y generosidad con este proceso, al donar el 50% del precio final de venta de sus obras en beneficio del museo.

“Siempre se ha buscado un amplio criterio de heterogeneidad: diferentes disciplinas artísticas, corrientes estéticas, artistas clásicos y contemporáneos, emergentes; y por supuesto, en relación con lo económico siempre ha habido obras para distintas posibilidades de compra. A lo largo del tiempo hemos visto nacer muchos coleccionistas en nuestros remates”, explica Telma Satz, curadora y organizadora del Remate.

La colección a subastar comprende una vasta oferta de pinturas, dibujos, esculturas, grabados y fotografías. Desde Sobre Tiza, te invitamos a conocerlas en esta nota:

“El muelle” (1967) de Domingo Candia.
“El asalto” ( 1947), de Raquel Forner.

“El muelle” (1967) de Domingo Candia, “El asalto” ( 1947) un trabajo en lápiz y cera de Raquel Forner y “Figura” (1951) de Juan Batlle Planas conforman una tríada clásica dentro de la subasta.

“Figura” (1951), de Juan Batlle Planas.

«Adiós Nonino», de Guillermo Roux, es una pequeña joya de esta colección. Quedan muy pocas obras  en este formato y estilo. Retoma el tipo de imagen fragmentada de los años 70 y usa como técnica el plumín, que para el artista tenía una carga afectiva muy grande, ya que era el medio con el cual su padre dibujaba las tiras de historieta.

«Adiós Nonino», de Guillermo Roux.

El arte metafísico dice presente con la obra, como siempre perturbadora, de María Luz Seghezzo. Son de destacar las dos obras de Carmelo Arden Quin, creador del Arte Madi junto a Gyula Kosice, y otros grandes artistas; una corriente que se desprende del Movimiento de Arte Concreto-Invención en la década del 40 y que como dice el crítico Jorge López Anaya: «Estos artistas no crean –la creación pertenece al dominio de lo romántico y lo poético–, inventan, como el ingeniero. La obra no es producto de un saber intuitivo, sino el fin de un proyecto, una invención«.

Obra de Carmelo Arden Quin

Junto a las obras del maestro, se presentan las de  artistas jóvenes que pertenecen al Arte Madi Internacional, Lorena Faccio y Mariano Prestach.

Más tarde, allá por los 50s, nace una nueva orientación del arte geométrico llamado Arte Generativo o Cinético, los representantes actuales de esa  tendencia estética, Mariana Villafañe y Cristian Mac Entyre, presentan piezas inolvidables en esta subasta.

Capítulo aparte es el dúo de obras de Santiago Cogorno, “El sofá” de la década del sesenta y de su Arte Americano, la obra “Protección” de 1952.

Los dibujos de Blas Vidal, Eduardo Stupía, Remo Bianchedi, Mónica Caputo y del  expresionista Facundo Cañazares integran, entre otros, un conjunto de diferentes generaciones y tendencias.

La maestría de Patrick Gläscher con el grafito se pone de manifiesto en la obra “Mar”, un maravilloso monocromo sobre tabla donde los grises son plateados y los plateados son poesía. Así como el calado a mano de  Pablo Lehmann, es materia poética.

“Cada aurora (nos dicen) máquina maravilla” reza en su frente el libro de mármol “Cada primavera”,  de Raúl Farco, que cita una frase de J. L. Borges del poema El ingenuo. La colección contiene además una buena oferta de esculturas integrada también por Hernán Dompé, César Sondereguer, Taty Rybak  y Rosemarie Gerdes, entre otros.

La “Serie de los Miserables” de Santiago Raffo, acrílicos de pequeño formato ideales para conformar un políptico o las pinturas de Juan Doffo, Ricardo Roux, Liliana Golubinsky, Juan Astica y Maximiliano D´Ettorre Negri llaman la atención por su vasta amplitud de propuestas estéticas.

“Dormir con vos”, de Claudio Roncoli.

“Dormir con vos” de Claudio Roncoli, “Constructivo doméstico y caracol con filtro de café” de Blas Castagna, la herencia constructivista de Antonia Guzmán, la figura paradigmática de  Eugenio Cuttica, la geometría sensible de De Sagastizábal y Di Girolamo, entre tantas otras obras, completan una heterogénea oferta para todas las sensibilidades.

“El acervo del Museo Sívori está formado principalmente por los premios adquisición otorgados por el Salón Manuel Belgrano desde el año 1945. Los artistas que participan en la subasta la aprecian, ya que se sienten incluidos en una especie de encuentro significativo por lo que la institución simboliza desde hace tanto tiempo”, asegura Satz.

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