UNSAM y UNQ desarrollaron un diagnóstico molecular de Covid-19

El kit desarrollado permite diagnosticar a personas que están cursando la infección, tengan síntomas o no. Es más rápido que el test RT-PCR y tiene máxima performance diagnóstica. Utiliza componentes y tecnología argentina y ya fue aprobado por la ANMAT. Participaron investigadores de las Universidades de San Martín, de Quilmes y de dos PyMEs tecnológicas fundadas por esos mismos investigadores

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Foto: Pablo Carrera Oser
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Fuente: Noticias UNSAM, Universidad Nacional de San Martín

Un nuevo test diagnóstico molecular argentino del virus que causa COVID19 fue desarrollado a partir de una alianza estratégica entre las universidades nacionales de San Martín (UNSAM) y de Quilmes (UNQ) y dos pymes tecnológicas, CHEMTEST y Productos Bio-lógicos SA (PB-L). El kit funciona en tres pasos a partir del hisopado nasofaríngeo de la persona a diagnosticar. Todo el proceso dura una hora y media y puede realizarse con los componentes que vienen en el kit diagnóstico, más un equipo para incubar a 60°. Es decir que no requiere el equipamiento costoso y sofisticado que utilizan los test moleculares RT-PCR.

“Se pasa un hisopo por la nariz hasta la garganta del paciente y se obtienen sus células. Después se procesan esas células para que liberen el ARN del virus si estaban infectadas. El siguiente paso es garantizar que el virus sea detectable. Para esto, se aplica la tecnología ELA (Easy Loop Amplification) para amplificar su presencia, por más mínima que sea. El diagnóstico concluye con una tira reactiva que al entrar en contacto con el ARN viral amplificado muestra dos bandas coloreadas. Si el virus no estaba presente, la tira muestra una sola banda y significa que el paciente no está infectado”, explicó Diego Comerci, investigador del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB) de la UNSAM y coordinador del desarrollo.

El test se denomina ELA CHEMSTRIP y fue aprobado por la ANMAT, el organismo que regula medicamentos, alimentos y tecnología médica en el ámbito nacional. Fue diseñado para detectar moléculas del virus SARS-Cov-2, por lo que permite diagnosticar a personas que están cursando la infección, tengan síntomas o no, con la máxima perfomance diagnóstica.

“El objetivo era garantizar la soberanía sanitaria sobre los diagnósticos de COVID19. Para eso teníamos que desarrollar un kit con los mejores estándares de calidad y producir localmente todos los insumos necesarios”, contó Comerci. “Como el test que desarrollamos da el resultado casi cuatro veces más rápido que los test RT-PCR y permite descentralizar aún más los testeos, ofrece la posibilidad de incrementar la cantidad de diagnósticos por día y quizás contribuir al levantamiento gradual del aislamiento obligatorio. También significa un ahorro de dólares y un ejemplo de lo que podemos hacer los argentinos y las argentinas con un Estado presente y coordinado”, celebró.

Desde el punto de vista productivo, cada uno de los tres pasos del kit diagnóstico implica un producto diferente. “Los pasos 1 y 3 tienen algunos insumos importados, pero en conjunto el kit tiene un 80% de componentes nacionales. Que la producción sea 100% nacional es posible porque además de investigadores somos socios fundadores de pymes tecnológicas”, sostiene Andrés Ciocchini, investigador del IIB de la UNSAM.

Estas pymes son CHEMTEST, incubada en la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN), dentro del Campus de la UNSAM; y Productos Bio-Lógicos (PB-L), ubicada en el partido de Quilmes. En conjunto están en condiciones de producir 80.000 kits diagnósticos de COVID19 por mes.

El equipo de investigadores que lideró el desarrollo está integrado por Diego Comerci, Juan Ugalde y Andrés Ciocchini, todos investigadores del CONICET en el IIB de la UNSAM, donde se doctoraron y se desempeñan como docentes. El equipo de investigadores del CONICET en la UNQ está liderado por Marcos Bilen, Daniel Ghiringhelli, Cristina Borio y Ana Ventura. Además, participaron una decena de investigadorxs y técnicxs de las pymes de base tecnológica. Por UNSAM y CHEMTEST participaron Luciano Melli, Josefina Caillava, Analía Novak, Stella Maris Landívar, Tamara Laube y Agustina Carreño. Por PB-L, Vanina Rodriguez, Cristian Mobilia, Marcelo Romero y Melisa Da Silva.

El desarrollo contó con financiamiento específico de la Secretaría de Asuntos Estratégicos de Presidencia de la Nación, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, y de la Agencia I+D+i.

Cómo se hizo

“Empezamos con la parte técnica el 15 de marzo. Llevamos tres meses trabajando 12 horas por día promedio, fines de semana incluido. Estamos cansados, pero contentos porque esperamos que esto nos ayude a todos y todas”, contó Marcos Bilen, investigador de la UNQ y socio fundador de la pyme tecnológica PB-L.

Pero el proyecto comenzó antes. Diego Comerci, el investigador de UNSAM que coordinó todo el desarrollo, lo reconstruyó así: “El primer contacto telefónico para este proyecto fue el domingo 8 de marzo, cinco días después de que se diagnosticó el primer caso argentino de COVID19. Esas semanas hablamos mucho con Marcos Bilen y escribimos una propuesta que hicimos llegar al Ministerio de Salud y a Presidencia de la Nación”, dijo.

“Era arriesgado, pero aceptamos el desafío y con el apoyo decidido de múltiples áreas del Estado batimos todos los records. Desarrollar otros diagnósticos nos llevó años”, contó Diego Comerci.

“Además de las áreas que nos financiaron, nos apoyaron la UNSAM y la UNQ, el Ministerio de Salud y el Instituto ANLIS Malbrán. Inclusive se involucraron Cancillería y Aerolíneas Argentinas, para repatriar a tres integrantes del equipo de PB-L que estaban en el exterior al momento de decretarse el aislamiento social preventivo y obligatorio. El apoyo estatal también fue clave para poder importar insumos con urgencia: el Ministerio de Ciencia logró poner en funcionamiento el ROECyT, un procedimiento que había dejado de funcionar en los últimos meses de la gestión anterior. En dos semanas ejecutaron más de 30 solicitudes. Aerolíneas Argentinas nos trajo insumos desde China. También colaboraron la Aduana, la AFIP, la ANMAT y el SENASA. Es impresionante”, aseguró Comerci.

Cómo funciona

El test tiene tres pasos: 1) hisopado y extracción del ARN del virus; 2) amplificación del ARN viral; 3) diagnóstico con tira reactiva.

Paso 1. Se toma una muestra de células de la nariz y la faringe de la persona a diagnosticar con un hisopo. Se procesa la muestra en un tubo con soluciones y resinas para que si hay células infectadas con SARS-CoV-2, liberen el ARN viral.

Paso 2. Al tubo con la solución del paso anterior se le incorpora un complejo enzimático y se lo incuba a 60° durante 60 minutos.  Esta tecnología se llama ELA y su función es amplificar exponencialmente el ARN del virus, para que pueda ser detectado en el siguiente paso.

Paso 3. Se incorpora una tira reactiva a la solución ya amplificada. Si después de 10 minutos muestra dos bandas coloreadas, significa que la persona tiene el virus SARS-CoV-2. Si muestra una sola banda coloreada, significa que no lo tiene.

El test ELA-CHEMSTRIP diagnostica a personas que están cursando la enfermedad, ya sea que presenten síntomas o no. Si el test da negativo significa que la persona o bien no estuvo expuesta al virus, o bien que ya se recuperó.

Para saber si una persona que no presenta síntomas se recuperó del virus SARS-CoV-2 hay que utilizar otro tipo de test, denominado serológico, que miden la presencia de anticuerpos en sangre. ELA-CHEMSTRIP, en cambio, mide la presencia del virus en células de la nariz y la faringe.

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