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La Agenda 2030 se aprobó en 2015 y estableció un plan de 15 años para trabajar 17 objetivos interconectados, conocidos como Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Entrando en la segunda mitad del plazo establecido para su cumplimiento, cabe preguntarse cómo estamos y cuáles son las estrategias para seguir trabajando juntos para cumplir con las metas propuestas. Entre los 17 objetivos, el de la Educación inclusiva y de calidad (ODS 4) no sólo es una meta clave para mejorar la vida de las personas, sino también para diseñar un futuro mejor para todos.

¿Cuál fue el punto de partida?

Cuando se adoptaron los ODS en 2015, la tasa de escolarización en primaria en los países en desarrollo era del 91%. Sin embargo, 59 millones de niños en edad de asistir a la escuela primaria seguían sin ir, de los cuales unos 33 millones eran niñas. También se destaca que alrededor de 757 millones de personas en todo el mundo no sabían leer ni escribir, de las cuales dos tercios eran mujeres.

Los progresos en Educación se han visto interrumpidos por la pandemia de COVID-19, la cual generó que casi 1500 millones de niños y jóvenes de todo el mundo se vieran afectados por el cierre de escuelas.

¿Cuál es la realidad actual?

Según la UNESCO, en la actualidad, unos 250 millones de niños están sin escolarizar en todo el mundo. De ellos, unos 64 millones en edad de asistir a la escuela primaria no están escolarizados. Si bien el trabajo continúa, las estimaciones para el 2030 indican que casi 84 millones de niños y jóvenes seguirán sin recibir educación.

“Los números son contundentes, la crisis educativa avanza y parece no tener fronteras. Es hora de dejar atrás los parches y profundizar en las problemáticas. Los objetivos de la Agenda 2030 se alejan cada vez más y nos hace perder de vista el foco en las problemáticas para atacarlas de fondo”, asegura Tomy Megna, fundador de Learning by Helping – organización que se propone trabajar codo a codo con los docentes de todo el mundo para que junto a sus estudiantes creen soluciones innovadoras enfocadas en el desarrollo sostenible -. Y agrega: “En el trabajo sobre la Educación está el principio del camino hacia la solución de muchas de las problemáticas que impactan sobre las comunidades y sociedades del mundo. Es momento de reivindicar el rol de los docentes y trabajar con ellos en la elaboración de proyectos sostenibles, es decir con impacto social, ambiental y económico”.

Basta de soluciones parciales

En el Día Internacional de la Educación no queremos sólo encontrar los caminos para crear soluciones parciales. Desde Learning by Helping estamos convencidos de que para generar cambios profundos que permitan salvar el mundo, es necesario enfocarse y entender bien cuáles son los problemas de fondo sobre los cuales tenemos que trabajar. No se trata de cumplir objetivos, sino de que el foco esté siempre en el Desarrollo Sostenible”, afirmó Tomy Megna, fundador de Learning by Helping.

La Agenda 2030 puede ser un puntapié para cambiar la mirada sobre las problemáticas de nuestro mundo y enfocarnos en trabajar juntos en generar un entorno social, ambiental y económico más sostenible. ¿Cuánto mejor sería el mundo si en cada aula nos dedicásemos a aprender desde la empatía? ¿Qué pasaría si en cada aula, alumnos y docentes destinaran parte de su día a abordar juntos en desarrollar propuestas para generar un impacto positivo en su comunidad local y global?

Un ejemplo de esto fue cuando en medio de la crisis por el COVID, desde Learning by Helping crearon un Master en Innovación Social de altísima calidad y que costaba únicamente 10€. De esta oferta participaron más de 18600 personas de entre 15 y 70 años, con profesiones de todo tipo (incluidas personas expertas en innovación social), que se unieron durante ocho meses para aprender a crear proyectos de impacto social, ambiental y económico.

Si queremos salvar al mundo, es clave acompañar a los docentes. Quienes educan tienen la oportunidad de sembrar en sus alumnos la idea de que todos podemos ser agentes de cambio y que podemos incidir en el bienestar de otras personas y de nuestro planeta”, agregó Guadalupe Penas, Project Manager & Development de Learning by Helping.

Según estimaciones de la UNESCO, hacen falta al menos 3,2 millones de de docentes en América Latina y el Caribe para alcanzar las metas educativas de la Agenda 2030. “La enseñanza cumple un rol clave para cumplir las metas de los ODS y su incorporación en las prácticas docentes prepara a los estudiantes para un futuro sostenible”, subrayó Penas.

“Imaginemos que en cada aula de América Latina hay un grupo de alumnos identificando un problema de su comunidad, empatizando con su contexto y las personas que los rodean, revisando cuáles son las prácticas cotidianas que pueden mejorar la vida de las personas, e investigando cómo crear soluciones mientras aprenden cómo lo han hecho otros en el mundo. Con el acompañamiento de los docentes, sus ideas pueden crecer y transformarse en un proyecto capaz de impactar positivamente en su entorno. La empatía y el compromiso también se potencian en espacios educativos de todo tipo”, destacó el fundador de Learning By Helping.

La educación es la llave para un futuro sostenible

Learning By Helping propone una solución integral en un momento crítico para la educación global. Más allá de cifras y retos, la organización destaca la necesidad de abordar las raíces de los problemas mediante la integración de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la enseñanza. “Es crucial diseñar programas de formación capaces de escalar globalmente porque los problemas que debemos enfrentar no dependen de fronteras”, destacó Megna.

En el Día Internacional de la Educación, instamos a la reflexión sobre el papel crucial de la educación de calidad para construir un mundo más empático y comprometido con el desarrollo sostenible. La Educación se erige como el faro que ilumina el camino hacia la transformación sostenible global y la salvación del mundo.

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