Las generaciones del futuro han nacido con el celular en mano y por tanto, sus intereses y atención suelen estar teñidos por el mundo tech. El mundo ha cambiado mucho más de prisa que la educación y en ocasiones, parece que se prepara a los niños para el pasado, no para el futuro. En la era de los nativos digitales, la oferta educativa creativa y vinculada a la tecnología es la que logra dar en el blanco.
“Las nuevas generaciones vienen mucho más interesadas en la tecnología, nacieron con ella y están habituados a utilizarla de modo natural. El punto es ofrecerle a esos chicos un espacio donde puedan aprender, desarrollar sus propios intereses y prepararse para el futuro”, introdujo Leandro Swietarski, CEO y Fundador de Tecnokids, y uno de los referentes a nivel local quien a su vez colabora con gigantes del rubro como Youtube, MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), Google y Lego.
En Tecnokids, las propuestas están enfocadas en programación, robótica, ciencia divertida, youtubers, impresión 3D y experimentos al aire libre que incluyen el desarrollo y piloteo de drones.
Anne Lise Kjaer, una de las mayores autoridades mundiales en tendencias del futuro, se expresa en la misma línea: “Tenemos un problema con la tecnología hoy en día, no la estamos optimizando, sólo la consumimos. Creo que todos los niños en el mundo deberían aprender a programar. Para saber cómo beneficiarnos de la tecnología, tenemos primero que entenderla. Si sólo consumes, y no aprendes a crear, a controlar la tecnología, seguiremos cayendo en los mismos errores de siempre. No está bien que solo haya un grupo tan reducido de personas y compañías que controlen la tecnología, eso debería extenderse”.
Code.org, una de las organizaciones sin fines de lucro más importantes a nivel mundial que promueve la enseñanza de programación en las escuelas, resalta que “cada alumno debería tener la oportunidad de aprender a programar”.
Dentro de sus campañas más impactantes, se encuentra un video que contó con la participación de grandes personalidades de la tecnología como Bill Gates, de Microsoft; Mark Zuckerberg, de Facebook; y Jack Dorsey, de Twitter pero también ajenas al mundo de las empresas tecnológicas como el músico Will.i.am de Black Eyed Peas o el jugador de la NBA, Chris Bosh, apoyando la idea de que aprender a programar fomenta la creatividad y enseña a pensar, aunque no necesariamente trabajes como programador.
Asimismo, Douglas Rushkoff, uno de los máximos teóricos de la cultura digital, expuso recientemente ante el Congreso de los Estados Unidos algunas de las razones por las cuales pide que se enseñe a programar a los escolares:
“Siendo niños, al adquirir nuestro lenguaje materno, no sólo aprendemos a escuchar, sino también a hablar. Ahora tenemos computadoras y enseñamos a nuestros niños a utilizarlas pero no a programarlas, sólo a escuchar, a leer, pero no a crear con el nuevo lenguaje. La programación está basada en algoritmos, no es difícil, al menos no más difícil que las matemáticas. Si un niño puede aprender a dividir dos números de varias cifras, puede aprender a programar”.
En el mismo sentido, Swietarski de Tecnokids reflexionó y destacó, “Nadie duda de la importancia de que los niños aprendan idiomas, y es claro que la programación va a ser el lenguaje más importante, universal y diferenciador de los próximos años”.
Y completó “Programar es sencillo y accesible. Aprender a programar ayuda a los niños a la toma de decisiones y trabajo en equipo e incorporar el inglés de manera natural”.
Los referentes coinciden en que apostar por la programación para niños en las aulas supone potenciar sus capacidades creativas y acceder a las mejores oportunidades para el futuro.
Swietarski de Tecnokids concluyó, “En Tecnokids potenciamos la creatividad y el desarrollo cognitivo de los niños para que aprendan experimentando mientras se divierten y hacen amigos con los que comparten sus mismos intereses”.
En un mundo donde todos los datos están en la palma de la mano, cada vez va a ser menos importante memorizar y más relevante saber qué hacer con esos datos, en definitiva, saber pensar. En este camino, sin dudas, saber programar es moverse hacia dónde va el mundo.