Las pantallas son las grandes protagonistas de estos últimos años. Televisores y computadoras, están perdiendo terreno ante las tabletas y, principalmente, los celulares. Los consumos culturales pasan cada vez más por dispositivos móviles y la lectura no escapa a esta tendencia. Es por eso que Editorial Horda propone una nueva manera de acercarse al mundo de la literatura o, mejor dicho, de acercar la literatura al dinámico mundo de la fugacidad de las pantallas ubicuas.
El flamante sello editorial es impulsado por Anne Sztejnberg y Luz Pearson. Su foco está en la fusión de libros, objetos de diseño y tecnología, con la idea de ofrecer al público objetos textuales: cosas de uso cotidiano, que son más que objetos: son libros a los que se accede a través de un código QR para ser escaneado con el celular. El primer título con el que se inaugura esta propuesta lleva el nombre de Bitnus, y es una obra de Luz Pearson, quien compartió con Sobre Tiza algunos comentarios sobre este lanzamiento.
ST: Bitnus propone un juego dialéctico entre las narrativas y los soportes digitales. ¿Qué desafíos te propone la escritura pensando en su lectura en pantallas reducidas?
LP: La escritura fragmentada y condensada de Bitnus no fue algo que busqué, apareció. Yo estaba en encontrar el tono de la historia, cómo debía contarse, sabía que debía ser despojado, sin suavizantes. Intentaba contar una historia sobre la crudeza del deseo cuando se presenta con franqueza, cuerpos desnudos tratando de crear conexiones, incluso webcam mediante. Pero no quise que fuera una escritura fragmentada a priori: me salían fragmentos como disrupciones a la novela que intentaba escribir con esta historia, los escribía al margen para que no me ocuparan lugar en la cabeza, al final me di cuenta que esos fragmentos eran el libro, borré lo demás. Al tomar distancia pude ver que una historia que habla sobre la fragmentación tenía una escritura fragmentada, me resultó muy coherente. Luego, cuando con Anne Sztejnberg estábamos armando la Editorial Horda, decidimos dedicarnos a intervenir los espacios de la pantalla del celular, pensar escrituras para esos lectores. Bitnus nos sirvió de muy buen ejemplo, entonces lanzamos la editorial con este libro.
ST: ¿Qué otros elementos habilita al momento de pensar el cómo escribir y el cómo contar?
LP: Los desafíos, desde el punto de vista editorial, son muchos. Se trata de meterse con la modificación de un hábito y se trata de trabajar sobre los tiempos de lectura: para leer se necesita tiempo y tiempo no hay. Se lee el diario en el celu, se lee Facebook en el celu, algunos menos hoy leemos libros en el celu. El factor común de todas estas lecturas es que son lecturas cortadas, interrumpidas, sobrevoladas, en tiempos de viajes, en el mientras tanto. Seguramente no podés leer Bouvard y Pecuchet en el celular. No puede haber demasiado texto ni demasiadas páginas. Y tampoco debe ser necesario sostener el sentido o la comprensión a lo largo de párrafos largos. La interrupción de la apertura de las puertas del subte no lo permite. En esto la forma de la escritura importa mucho. En un libro para celular, el sentido tiene que condensarse en frases cortas, permitir decir en breves momentos de conexión entre el texto y el lector. Es toda una exploración que también involucra a otras formas del lenguaje, la imagen, nuevos códigos. La colección HORDA para 2017 de Editorial HORDA en la que estamos trabajando con Carlos Godoy como coordinador-chef, investiga sobre estos temas.
ST: Twitter nos ha enseñado mucho acerca de la condensación de los sentidos en pocos caracteres. Bitnus mantiene cierta familiaridad en relación a la economía de los caracteres, pero no por eso deja de lado la profundidad de los sentidos. Siendo así, ¿es una escritura que busca la agilidad de la lectura o que invita a detenerse más en cada página?
LP: ¿Es posible leer un libro de la estación Bolivar a Virreyes de la línea E? Comprobamos con Bitnus que se puede. Lo leen en la cola del super, en la peluquería, antes de dormirse, en una sentada. ¿Es superficial esa lectura? No es mi tema exigirle al lector profundidad. Y tampoco hay una sola manera de leer múltiples capas, crear asociaciones, dialogar, emocionarse, hacer carne lo leído. Bitnus es un libro de escritura muy sintética pero bien densa, podría decirse de formato tuitero, pareciera estar hecho de titulares. Y si querés, sí, te invita a detenerte en cada página, hay espacio en blanco, una forma de silencio. Están los lectores que aprovechan ese espacio, otros pasan a la siguiente página (aunque en apps la página no existe) enseguida. Algunos me cuentan que lo leen y releen, que lo comentan con otros, que debaten en charlas si el tipo con el que está saliendo es un fauno o un chatero, si es de chatero mandar audios o no; se apropian del texto, incluso, a veces -como encantadores regalos-, me mandan fotos con su frase preferida. Pareciera que un libro con mucha condensación de sentido permite que los lectores hagan con su lectura lo que quieran.
ST: En la presentación de Bitnus, realizaron una puesta en escena a modo de work in progress. ¿Qué tanto hay de esta idea de proceso en tu escritura y en tu modo de pensar las obras literarias y de dramaturgia?
LP: El «en proceso» es mi modus operandi, beta. Cuando algo está terminado es porque ya es parte de un nuevo proceso. Me siento cómoda con esa manera de escribir. Por otro lado, mostrar algo en proceso, como sucedió con las escenas que presentó el director Magy Ganiko sobre el trabajo en escena que está haciendo con Bitnus, te ofrece la posibilidad de probar, recibir feedback, calar más hondo.
ST: ¿Cómo se diferencia Sed de Bitnus en términos de enfoque narrativo?
LP: Bitnus lo escribí a lo largo de casi un año, conté con muchas miradas y lecturas en el proceso: no puedo escribir del todo sola, no me interesa, disfruto mucho la conversación sobre el material, escucho. A la obra Sed la escribí en un par de meses, luego de ir a ensayos con el grupo medio año. Tomé notas, esbocé personajes, armé estructuras a partir de ver a los actores y observar la dirección de Lorena Székely sobre improvisaciones que íbamos planteando a partir de diferentes disparadores. He escrito casi todas mis obras así, en teatro es lo que me interesa hacer. Me gusta encontrar la estructura que subyace a las personas/personajes, a la historia que crea un grupo de personas juntas y en determinado contexto, las experiencias. En la escritura trabajo con los cuerpos.
ST: Hace unos años ya, dijiste que en tu futuro querías ser “aprendizadora”. ¿Qué tanto de tu ser educadora convive en tus letras?
LP: Soy absolutamente una «aprendizadora», alguien en proceso de aprendizaje constante, y también una «pisateclas»: pisar teclas es mi oficio. Escribir es mi manera de aprender por excelencia, escribo sobre algo que estoy investigando, algo que quiero descubrir o no entiendo, las pistas son mis inquietudes, eso que te obsesiona por algo es. Suelo tener imágenes recurrentes, sé que me dicen algo, quiero saber qué es, entonces escribo un libro o una obra de teatro.
ST: ¿Qué tanto se mezcla tu narrativa con el modo en el que interactuás con niños y adolescentes en ámbitos educativos?
LP: Pienso que también se unen en mí la escritura y la pedagogía en mi manera de aportar a los aprendizajes de los demás: creo que a toda edad la voz propia es necesaria para conocerse, y la escritura ofrece una distancia con uno mismo necesaria para poder reflexionar, suelo proponer entonces actividades y proyectos que dan tiempo y espacio a la escritura, en todo tipo de asignatura o disciplina, el más claro ejemplo de esto es mi especialización en el blog como herramienta fundamental para el aula desde jardín de infantes hasta en la universidad.
Instantáneas de la presentación de Bitnus
La picada
Editorial HORDA viene trabajando sobre las lecturas y sus formas. Es por ello que crearon sus “Picadas de lectura” una experiencia que invita a juntarse para picar lecturas, linkear, cruzar ideas y asociar. La primera se llevará a cabo este viernes 14 de octubre a las 19hs en Mendel Libros, Paraguay 5163, y trabajará con Bitnus como lectura disparadora. Luego, la anfitriona Marcela Juez propondrá cruces con otros títulos a partir de un eje: «Conexiones: encuentros y descencuentros en el amor». La entrada libre. Pueden consultar más información en este evento de Facebook.
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