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Inicio Los futuros de la educación: aprender a convertirse Pensar la evaluación de la calidad educativa en el marco de la escuela posible

Pensar la evaluación de la calidad educativa en el marco de la escuela posible

La evaluación institucional, formativa, reflexiva y participativa de la calidad educativa, en el ámbito de la escuela posible, implica a todos los actores institucionales involucrados en una mirada holística, centrada en la desnaturalización de lo cotidiano; es decir, una mirada desreificada capaz de interpelar lo obvio. Esta mirada abarcadora debe orientarse a aportar evidencias confiables y necesarias para la toma de decisiones; por ello, debe ser colectiva, sin prescindir de los diferentes y heterogéneos aportes que cada una de las perspectivas puede añadir a la realidad observada.

Se trata de una tarea de gran complejidad, por cuanto, por un lado, son varias las áreas y dimensiones de la calidad que entran en juego, diversos los propósitos que orientan la mirada evaluadora y también las tensiones que se generan al momento de emitir juicios valorativos. Por otro, porque esos juicios proceden de múltiples voces, que poseen diferentes referentes, representaciones y concepciones respecto de la misma realidad a evaluar. Sin embargo, en esa complejidad, subyace el desafío. Esto demanda, en consecuencia, un abordaje conjunto que se distancie de explicaciones simplistas, que no apunte a una valoración exclusiva de los resultados, o sólo de los procesos, ni se confunda tampoco con la simple instancia de acreditación de saberes de las y los estudiantes.

La diversidad de perspectivas pone en evidencia la necesidad de una evaluación integral e integradora, que además de tener en cuenta los aprendizajes logrados por las y los estudiantes, tenga presente sus trayectorias escolares, el currículum, las prácticas de enseñanza, el clima institucional, el desarrollo profesional docente, las relaciones con las familias y la comunidad y la gestión institucional.

No se trata sólo de obtener información, sino de comprender e interpretar el hecho educativo y abordarlo en consecuencia, para contribuir, de esta manera, con la mejora de los procesos y resultados desde una perspectiva situada, con mirada de futuro. La demandas -tanto hacia los sistemas educativos, como hacia la escuela- son tan numerosas y diversas que resulta prioritario generar nuevos modelos de evaluación, capaces de dar respuesta satisfactoria a esas inquietudes. Por tal motivo, sentido, contexto y evolución pueden constituir ejes medulares, ni exclusivos ni excluyentes, para un cambio profundo de concepción en el marco de esta travesía de animarnos a pensar juntos una escuela posible que, permanentemente, está siendo.

Introducción: Los futuros de la educación: aprender a convertirse

El propósito es acercar a la Comisión Internacional una contribución que presenta un esquema de análisis, autoevaluación y proyección que permitiría a las instituciones educativas gestionar una propuesta formativa pertinente a los futuros de la educación que nos ilusionan.

Escuela posible: aproximaciones al concepto desde el imperativo de la calidad educativa

La escuela posible no es perfecta, pero sí perfectible, como lo son todos los actores que la transitan y trabajan en ella desempeñando distintos roles.

Un esquema de análisis para mirar y pensar la escuela posible

Con el propósito de aportar una perspectiva generadora de reflexión y de acción orientada a proyectar, se proponen tres grandes ejes y, para cada uno ellos, distintas dimensiones.

La gestión como dimensión aglutinadora y transversal

Descriptas en sus aspectos básicos las dimensiones que conforman el esquema de análisis de la escuela posible, interesa precisar la existencia de una dimensión que, en función de su alcance, parece apropiado designar como gestión del horizonte institucional.

Pensar la evaluación de la calidad educativa en el marco de la escuela posible

La evaluación institucional, formativa, reflexiva y participativa de la calidad educativa, en el ámbito de la escuela posible, implica a todos los actores institucionales involucrados en una mirada holística, centrada en la desnaturalización de lo cotidiano.