Presencialidad y tecnología, un espacio para el aprendizaje

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Con la pandemia, estudiantes de América Latina y el Caribe, se vieron afectados y obligados a interrumpir sus clases presenciales a causa del impacto de la pandemia COVID-19. En ese sentido, las empresas EdTech pasaron a ser un eslabón clave en este proceso de innovación del aprendizaje mediante el uso de la tecnología aplicada a la virtualidad.

Sin embargo, dos años después con el regreso de la presencialidad, resulta necesario preguntarse ¿qué hacemos con la tecnología para aprovecharlas mejor y potenciar las prácticas en las aulas?

En ese marco, el próximo jueves 31 de marzo, se llevará a cabo un Webinar Gratuito, organizado por Matific, sobre el regreso de la presencialidad y el uso de las tecnologías. La actividad tendrá como invitada especial a la Doctora en Educación por la Universidad de Buenos Aires (UBA), Carina Lion.

Durante el webinar “Volvió la presencialidad ¿qué hacemos con la tecnología?”, se intercambiarán ideas, enfoques y alternativas, en busca de dar respuestas a ciertos interrogantes que surgen con el regreso a las aulas: ¿Cómo poder aprovechar las tecnologías adquiridas para trabajar en la presencialidad?; ¿Cuáles son las mejores prácticas para potenciar los aprendizajes?; y ¿Pueden las tecnologías colaborar con el proceso de nivelación de los aprendizajes en matemática?, entre otros.

Quienes estén interesados en participar, podrán inscribirse al Seminario Web en el siguiente link. La actividad se transmitirá por streaming en vivo en el canal de youtube de Matific y se ofrecerán certificados a los asistentes.

 

Plataformas digitales, ¿qué pueden aportar para combatir la desigualdad educativa?

El lugar de la tecnología en la educación

La pandemia ha sido devastadora para los estudiantes de América Latina y el Caribe, donde las escuelas han estado cerradas durante 231 días en promedio, más que en cualquier otra región del mundo.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), más de 156 millones de estudiantes de todos los niveles de formación de la región, se vieron afectados y obligados a interrumpir sus clases presenciales a causa del impacto de la pandemia COVID-19.

La emergencia sanitaria puso en evidencia la carencia y déficit del sistema educativo en todos los países de la región, profundizando las problemáticas y acentuando la brecha educativa entre niños, niñas y adolescentes. Las cifras prepandemia anticipaba un escenario preocupante en materia de conectividad en la región, sólo el 67% de la población de América Latina contaba con acceso a internet en 2018; y menos del 30 % de los hogares vulnerables de la región tenían una computadora o dispositivo para realizar las tareas de la escuela.

Ante la necesidad de un entorno educativo cien por ciento virtual en marzo de 2020, las condiciones digitales de base para brindar educación en línea eran muy precarias en Argentina y toda la región: falta de conectividad en las escuelas, ausencia de plataformas digitales, falta de inversión en paquetes de recursos digitales y repositorio de contenido digital, desconocimiento del uso de herramientas digitales por parte del personal docente y directivo, entre otros.

Fue así, que ante la irrupción de un escenario educativo inimaginable y sin precedentes, las instituciones educativas y gobiernos, rápidamente redoblaron los esfuerzos incorporando recursos,  soluciones, plataformas y herramientas digitales con el objetivo de garantizar la continuidad pedagógica en un contexto de gran incertidumbre.

El proceso de adopción de soluciones tecnológicas y digitales en el ámbito educativo, en muchos casos, ya estaba en  marcha antes de la pandemia. Hasta ese momento dependía de la elección y la capacidad de cada una las instituciones educativas o de los Estados de turno. Con la inesperada coyuntura sanitaria, la digitalización de la educación pasó a ser de primera necesidad. Los gobiernos de Argentina y del resto de América Latina, se lanzaron a la carrera por la digitalización, mediante el desarrollo de plataformas públicas, pero también a través de acuerdos con el sector privado.

En ese sentido, las empresas EdTech como Matific, pasaron a ser un eslabón clave en este proceso de innovación del aprendizaje mediante el uso de la tecnología, tratándose de una de las 68 soluciones del segmento liderado por las startups educativas.

De ese modo, la tecnología no es enemiga, todo lo contrario, el objetivo es complementar y no reemplazar roles ni funciones, ya que la presencialidad es insustituible en el proceso de formación y de construcción de vínculos sociales de un niño, niña o adolescente. El desafío que se presenta en el regreso a la presencialidad, es cómo incorporar al aprendizaje todos aquellos elementos tecnológicos adquiridos durante la virtualidad.

De acuerdo a un relevamiento del BID en la que se afirma que las plataformas digitales son una oportunidad para la comunidad educativa, la industria involucrada, los inversores del ámbito privado y fundamentalmente, para todos los gobiernos de la región.

“El principal beneficio de nuestra solución, es el interés que despierta en los estudiantes. Gracias a las actividades lúdicas y entretenidas de Matific, y la gamificación que atraviesa toda la plataforma, se obtienen estudiantes con confianza, autonomía y comprometidos con el aprendizaje de matemática”, señala Nicolás Falus, Business Development Manager Matific,

En ese sentido, “dentro de las instituciones educativas, no hay una única forma de implementar-trabajar con nuestra plataforma, sino que es un recurso que puede adaptarse a las características de cada aula y clase, como también a las necesidades de cada docente. Esto permite que todas las escuelas de una comunidad, sin importar la disparidad de recursos, encuentren cómo trabajar con nuestra solución”, agrega Falus.

Ahora bien, 2022 comenzó con la premisa de garantizar la mayor presencialidad posible, pero este regreso a las aulas supone garantizar el aprendizaje a todos los niños, niñas y adolescentes del país: seguir trabajando en la reducción de la brecha digital; buscar alternativas de nivelación; adaptar a la presencialidad los desarrollos digitales y las herramientas tecnológicas implementadas durante la pandemia; y continuar invirtiendo en educación híbrida. Con relación a este último punto, uno de los principales desafíos que tiene el ecosistema educativo por delante versa sobre la pregunta acerca de cómo aprovechar las tecnologías adquiridas para trabajar en la presencialidad.

Lo alarmante es que aún no se conoce con certeza el impacto negativo del aislamiento y del cese de actividades presenciales durante los últimos dos años, por lo que, en la vuelta a clases, es importante aprovechar al máximo lo aprendido durante el tiempo de la educación remota, y trasladarlo al ámbito presencial y/o híbrido.

Tecnologías, plataformas, soluciones adaptables y escalables de manera individual y/o grupal, enriquecedoras para esta nueva etapa en el proceso de aprendizaje de los alumnos.

“Por ejemplo, la versatilidad de Matific ayuda a poder utilizar la herramienta en distintos entornos: en la virtualidad hemos utilizado la plataforma desde casa con celulares, tablets y computadoras, hemos jugado episodios en familia y a través de clases virtuales compartiendo la pantalla del docente; ahora, en la presencialidad, también se puede aplicar con excelentes resultados, compartiendo un episodio en el aula y debatiendo sobre su resolución”, asegura Vanina Mendiondo, Head of Sales LATAM Matific, quien agrega: “No es necesario que cada alumno tenga su dispositivo en el aula, se puede mostrar en un proyector o pantalla digital, o emular el episodio en el aula con las herramientas que disponga la escuela. Luego en el hogar, cada alumno puede seguir jugando las actividades vistas en clase y/o las actividades asignadas por el docente. La plataforma utiliza algoritmos de inteligencia artificial para ‘aprender’ con el alumno y ayudarlo a mejorar día a día en los distintos conceptos matemáticos”.

 

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