“En la Argentina, 62% de las mujeres de entre 16 y 59 años participan del mercado laboral, mientras que 81% de los varones lo hacen. La mitad de las mujeres que trabajan fuera del hogar lo hacen a tiempo parcial, en cambio solo uno de cada cuatro varones trabaja de esta forma. Las mujeres que conseguimos trabajo tenemos mayor probabilidad de desempeñarnos de manera informal, recibir remuneraciones más bajas, participar en sectores menos dinámicos o, incluso, transitar a la inactividad o el desempleo”, describe Gala Díaz Langou, directora del Programa de Protección Social de CIPPEC.
En este escenario, el think tank más reconocido de la Argentina presentó este jueves la campaña “Cosas como estas” elaborada junto con el Consejo Publicitario Argentino. La iniciativa busca concientizar sobre los condicionamientos que existen a partir de los estereotipos y cómo estos influyen en la autonomía económica de las mujeres. De este modo, apunta a fomentar la equidad laboral de género.
“Las mujeres, en general, enfrentamos mayores obstáculos que los varones para insertarnos en el mercado de trabajo, acceder a empleos de calidad, sostener nuestras trayectorias laborales y ocupar puestos de decisión. Uno de los determinantes de que las mujeres podamos trabajar o buscar trabajo fuera del hogar son los estereotipos de género. Esta campaña muestra estereotipos de género para concientizar a la población y contribuir así a un cambio cultural”, subrayó.
La campaña, que cuenta con creatividad de la agencia Mercado McCann, y la curaduría de género de Interbrand, pretende dejar a la luz cómo los estereotipos de género, instalados en la sociedad, condicionan el desarrollo personal, social y económico y cómo se asumen naturalmente en las acciones diarias y cotidianas. La campaña podrá verse en los próximos meses tanto en televisión como en medios gráficos, radiales, digitales, vía pública y redes sociales.
Mary Teahean, presidenta del Consejo Publicitario Argentino, afirmó que es necesario llevar adelante esfuerzos que mitiguen estos sesgos y que visibilicen a mujeres y varones en roles no estereotipados. “Creemos que los medios de comunicación se vuelven una fuerza de cambio crítica para este tipo de luchas”, agregó.
¿Qué se puede aportar desde las escuelas? Según el texto que figura en la web de la campaña, las escuelas cumplen un rol fundamental en el crecimiento de las personas y, por lo tanto, son un lugar clave para la reproducción de normas, estereotipos y sesgos de género.
«En este sentido, las instituciones educativas presentan un gran desafío y oportunidad: aprovechar su rol crítico en la formación de las personas para desarmar las estructuras desiguales de género. Para avanzar en esta dirección, es necesaria la participación de directivos y docentes y, también, el involucramiento del alumnado, las familias, y la comunidad«, se afirma en la web.
En este sentido, señalan la importancia de la implementación de la Educación Sexual integral (ESI), dado que de ese modo la perspectiva de género pasa a estar presente en todas las materias y actividades que se realizan en las escuelas.
«La ESI es un derecho de todos los niños, niñas y adolescentes, y es obligación legal del Estado y de toda la comunidad educativa garantizarla, en todos sus ejes (derechos, diversidad, género, salud y cuidado del cuerpo y afectividad). La implementación de la ESI permite avanzar en la garantía de derechos sexuales y reproductivos y en la eliminación de estereotipos sexistas con un enfoque interdisciplinario«.
La escuela pasa hacer entonces un agente clave para avanzar hacia el cambio cultural necesario para transformar las normas de género. Todos sus integrantes pueden contribuir a este objetivo. Por su parte, los maestros y directivos pueden actualizar los contenidos de las clases y analizar que estos no estén, implícitamente, reproduciendo estereotipos sexistas. También pueden ofrecer espacios para que los estudiantes acerquen propuestas y colaboren en la identificación de los estereotipos de género. Por su parte, los estudiantes pueden impulsar la ampliación de actividades vinculadas con la ESI y otros espacios de discusión al interior de las escuelas. Por último, un involucramiento más activo de las familias ayudaría a garantizar que la transformación de normas de género se traslade fácilmente de las aulas al resto de la comunidad.
Recientemente, CIPPEC presentó el libro “El género del trabajo. Entre la casa, el sueldo y los derechos”, elaborado por Gala Díaz Langou, Gimena de León, José Florito, Florencia Caro Sachetti, Alejandro Biondi y Matilde Karczmarczyk, aborda las brechas de género en el mercado de trabajo argentino. Esta investigación, iniciativa conjunta de CIPPEC, OIT, ONU Mujeres y PNUD, tiene un doble objetivo. En primer lugar, alentar el debate sobre la dimensión económica de la desigualdad de género, a menudo invisibilizada. En segundo lugar, ofrecer un insumo para quienes puedan propiciar políticas públicas para transformar la realidad. Podés descargarlo en este enlace.