Educación digital: la oportunidad de formar a las niñas para el futuro tecnológico

"Invertir en educación tecnológica para niñas es más que una acción de responsabilidad social aislada", afirma Evangelina Petrizza.

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Por Evangelina Petrizza, Presidenta del directorio de Fundación Compromiso.

En 2025, Argentina se encuentra en un momento bisagra: el avance del desarrollo digital abre nuevas puertas y, con ellas, la posibilidad de capitalizar uno de sus recursos más valiosos: el talento femenino en tecnología. Inteligencia artificial, biotecnología y robótica son ejemplos donde el potencial de crecimiento es evidente, y la formación desde edades tempranas es clave para la innovación y la competitividad del país.

Hoy, más de la mitad de las matrículas universitarias están compuestas por mujeres, y existe un terreno fértil para iniciativas que busquen lograr una mayor presencia en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Acompañar ese proceso de descubrimiento y elección de carreras en las áreas mencionadas es una inversión estratégica para el sistema productivo en su totalidad.

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Los programas educativos con foco social tienen en común el objetivo de acercar la formación tecnológica a niñas, niños y jóvenes, es decir, a poblaciones con barreras económicas y sociales. Estas experiencias demuestran que, cuando se habilitan las condiciones adecuadas, el talento germina. Y cuando se apuesta a las niñas, los resultados son sumamente positivos.

Invertir en educación tecnológica para niñas es más que una acción de responsabilidad social aislada. Es una estrategia de impacto que anticipa el futuro del trabajo. Las empresas que hoy acompañan procesos de formación temprana están ampliando su propia base de talento, promoviendo la diversidad en sus equipos y fortaleciendo su capacidad de innovación.

La celebración del Día Internacional de las Niñas en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), impulsada por la Unión Internacional de Telecomunicaciones desde 2010, refleja esta visión global. Vincular la equidad de género con la transformación digital y el desarrollo sostenible es una meta alcanzable si se toman las decisiones correctas hoy.

El capital de conocimiento tecnológico es el nuevo lenguaje del desarrollo. Y las mujeres, además de hablar este idioma, están convocadas a reescribirlo. Las niñas que acceden hoy a una educación digital integral serán otro tipo de usuarias: podrán diseñar soluciones, liderar proyectos y ser protagonistas en un mundo que sigue avanzando.

Formar a más niñas y jóvenes en tecnología es clave, pero el verdadero salto ocurre cuando abrimos oportunidades para que todo el talento —sin distinción— tenga lugar en la construcción de la transformación digital.

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