El presidente electo de Chile, Gabriel Boric, ganó este domingo la segunda vuelta electoral, y volvió a ratificar su compromiso de fortalecer la educación pública. El mandatario tiene importantes antecedentes en lo que refiere a lo educativo, siendo uno de los referentes de la rebelión estudiantil chilena en 2006.
El presidente más joven en los últimos dos siglos en Chile, Gabriel Boric, ganó este domingo la segunda vuelta electoral frente a José Antonio Kast con casi el 56% de los votos, y se convirtió además en el candidato más votado de la historia chilena.
En su discurso, Boric resaltó los principales puntos de su gobierno, con el respeto de los derechos humanos y el trabajo con “el pueblo” como sus pilares.
En ese sentido, ratificó que los ejes de su gobierno serán la salud y la educación pública, un sistema de pensiones públicas, más seguridad, respeto a los derechos humanos y los derechos de los pueblos originarios, las mujeres y la comunidad LGBTQ+, y el cambio climático.
“Son muchos los desafíos que tendremos que enfrentar”, comenzó Boric en el detalle de sus planes a futuro. “Una salud oportuna que no discrimine entre ricos y pobres igualando hacia arriba el acceso, la calidad y los tiempos de respuesta (…) El drama de la falta de vivienda y el acceso a servicios básicos que debemos abordar. Fortalecer la educación pública, garantizar los derechos de los trabajadores para construir un país con Trabajo Decente y mejores salarios, crear un sistema nacional de cuidado que reconozca y valore a las mujeres que hoy cuidan, avanzando también en co-responsabilidad y dejando atrás la herencia patriarcal de nuestra sociedad”.
Cabe recordar que Boric fue protagonista de la llamada revolución de los pingüinos, la rebelión estudiantil chilena que en 2006 reclamaba «educación gratuita y de calidad» y marcó las primeras grietas en el modelo chileno.
«Los enemigos son quienes quieren privatizar la educación pública y mercantilizar todos los aspectos de nuestras vidas […] Se viene la articulación de un nuevo movimiento no solo para cambiar la educación, sino para transformar el país entero», dijo Boric.
La educación como estandarte
Un grupo de destacadas figuras de la educación en Chile, entre los que aparecen Beatrice Ávalos, Premio Nacional de Educación 2013 y Adriana Delpiano, exministra de Educación, firmaron una carta en apoyo a Gabriel Boric.
En la misiva, los firmantes precisaron que “Chile está dividido, nuestra convivencia está fracturada, y reina la sospecha y el temor al otro, no la confianza ni la solidaridad. Una sociedad desintegrada no puede prosperar. El anhelo manifestado por la ciudadanía de una vida mejor, de más justicia y oportunidades, puede verse frustrado si el país no recupera un sentido básico de comunidad”.
Los académicos, exministros y parlamentarios continúan expresando que “solo un sistema educacional orientado por los principios de justicia, inclusión y no discriminación, puede servir a estos propósitos. Una educación que no dependa del bolsillo de cada familia; una educación que forme para la vida y no para rendir una prueba; una educación que respete y fortalezca a sus docentes; una educación que sea una aventura de descubrimiento y no una carrera de todos contra todos; una educación a la que se acceda como un derecho universal de niños, niñas y jóvenes, sin importar su condición, origen o la familia a la que pertenecen”.
“Con dificultades, el país ha ido avanzando en esta nueva visión, pero los desafíos que quedan son todavía inmensos; por eso es tan importante decidir bien en la próxima elección presidencial. Como personas dedicadas intensamente al quehacer educacional estamos convencidas que la propuesta de Gabriel Boric es la que nos permitirá dar otro paso adelante en la construcción de una mejor educación para todos y todas, una educación integral para aprender a vivir juntos”, cerró la carta.