La cuestión de género en las artes escénicas

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Foto: Área de Comunicación y Artes Escénicas.
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El pasado 31 de marzo se llevó a cabo la charla “Artes escénicas y género: una máquina de tramas” en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. El evento fue organizado por el área de Comunicación y Artes Escénicas de la carrera de Ciencias de la Comunicación y contó con la participación de referentes en la temática.

Las artes escénicas dan cuenta de los fenómenos sociales y culturales. En un contexto como el actual, el teatro puede convertirse en escenario donde se muestre la violencia de género o donde se traten temas desde una mirada feminista que desnaturalice ciertos sentidos que circulan y que se convierten en estereotipos de género. Sin embargo, como ha mencionado Silvia Elizalde, especialista en género, doctora en Antropología e investigadora del Conicet, esos estereotipos están asentados de tal manera en la cultura que tanto los públicos como quienes realizan las obras los reproducen, al mismo tiempo que los cuestionan.

A continuación, el debate se centró en la situación de otras regiones del país. Más allá de lo que acontece en la ciudad de Buenos Aires, Claudia Clo Quiroga, actriz, docente, directora y activista, contribuyó a ampliar la mirada al plantear que en el interior del país aparecen otras temáticas producto de la doble opresión que viven las mujeres y que cuenta con el visto bueno de las instituciones locales. Por eso, para ella la dramaturgia tiene la urgencia de empezar a contar lo que sucede. Al respecto, el actor, director y dramaturgo Sebastián Fanello comentó que en la provincia de Neuquén las condiciones para hacer teatro siempre fueron marginales. Para Sandra Posadino, actriz, autora y productora, la cuestión pasa por qué historias se quieren contar hoy para “crear desde un estado de pregunta que nos dé la posibilidad de sumergirnos y explorar un territorio”.

El tema más importante fue el espacio relegado que ocupan las mujeres directoras y dramaturgas en los circuitos comerciales del teatro. La actriz, dramaturga, directora y docente Mariela Asensio dice estar convencida de que no puede acceder a muchos lugares por su condición de género, es decir, por ser mujer. Las obras son escritas y dirigidas por varones y las mujeres solo tienen cabida cuando se trata de piezas teatrales sobre temáticas claramente femeninas. Al respecto, sostiene que “hay que empezar a darle espacio a la pluma de las mujeres en los circuitos comerciales porque no es azaroso que en el circuito comercial de Buenos Aires no haya dramaturgas por fuera de obras apuntadas a lo femenino”. Por eso, “es importante ocupar espacios más masivos”, concluye, fundamentalmente por la llegada que pueden tener. De esta manera, plantea que muchas mujeres podrían verse reflejadas en algo que luego pueden relacionar con su propia vida y, así, determinadas situaciones se puedan empezar a cuestionar y a desnaturalizar.

En suma, todas reivindicaron su posicionamiento como mujeres trabajadoras dentro de una industria cultural machista y patriarcal. Al respecto, Elizalde recordó los mismos reclamos en otros ámbitos, como el periodismo, por ejemplo, donde también “se trivializa el aporte de las mujeres”. Para Sandra Posadino la pregunta pasa por “cuáles son los espacios que queremos ocupar” sabiendo que “nuestra herramienta es el arte pero tenemos plena conciencia de su valor político.”

El teatro, al igual que otras expresiones culturales, tiene la capacidad de poner en escena diversos temas. Pero la particularidad que lo caracteriza es que se trata de un relato que adquiere cuerpo y voz delante del espectador en el “aquí y ahora” particular e irrepetible de cada función. El hecho escénico es un acontecimiento vivo que se despliega en un sinnúmero de significaciones y construye un sentido que nos atraviesa. Así, tiene la capacidad no solo de emocionar sino también de interpelar, de conmocionar y de hacernos ver aquello que sucede frente a nosotros en lo cotidiano pero que no queremos o no podemos ver. En esa línea, el teatro puede ser (y es) una instancia donde se muestre desde una mirada crítica y feminista temas como la violencia de género.

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