El viernes pasado, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, tomó una importante decisión para la educación del país carioca. A partir de los nuevos contratos para la exploración del petróleo del país en tierra y mar, el canon o compensación que hasta ahora recibían cada año los Estados productores del crudo se dedicarán exclusivamente a la educación.
El año pasado, dicho canon alcanzó la cifra de 6 mil millones de dólares, aproximadamente. Asimismo, se prevé que podrá aumentar en la medida de la exploración de los nuevos pozos de petróleo, aunque fundamentalmente abarca los de Río y Espirito Santo.
Por su parte, el ministro de Educación brasilero, Aloizio Mercandante, señaló que esta decisión tiene un valor histórico. «No existe futuro mejor para el país que invertir en educación». «Sólo la educación hará de Brasil una nación efectivamente desarrollada, ya que la educación es el fundamento de todo desarrollo económico futuro».
Según señala el matutino La Nación, la cuestión del canon del petróleo, que depende cada año de la producción del crudo, ha sido un verdadero dolor de cabeza para Rousseff, ya que el Congreso lleva tiempo, desde los gobiernos del ex presidente Lula, discutiendo si dicho canon debía dedicarse exclusivamente a los Estados productores de la materia cruda o a todos en general, ya que se trata de una riqueza nacional. Al final, el Congreso aprobó una ley en este último sentido.