Emprender, una actitud que transforma vidas

En el marco del Día Mundial del Emprendimiento, Bárbara de Lellis, directora de Operaciones de Junior Achievement Argentina, nos invita a reflexionar sobre el valor de emprender en un mundo que cambia de manera constante.

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Por Bárbara de Lellis, directora de Operaciones de Junior Achievement Argentina.

Cada 16 de abril, el Día Mundial del Emprendimiento invita a reflexionar sobre el valor de emprender en un mundo que cambia de manera constante. En contextos marcados por la incertidumbre económica, la desigualdad de oportunidades y un mercado laboral en transformación, el espíritu emprendedor se vuelve una actitud vital: una manera de adaptarse, innovar y construir futuro.

En Argentina, el panorama presenta desafíos significativos. Según datos del INDEC, alrededor del 50% de los jóvenes no finaliza la escuela secundaria y el desempleo juvenil duplica al promedio nacional. A este contexto, se suma otro dato importante. Según el informe «Talento Joven y Empresas: Oportunidades y Desafíos 2024«, realizado por Junior Achievement y ManpowerGroup, 9 de cada 10 jóvenes encuestados afirma haber tenido problemas para insertarse en el mercado laboral y el 72% de los empleadores reporta dificultades para cubrir puestos de trabajo, principalmente por la falta de experiencia, habilidades socioemocionales y técnicas en los candidatos.

Esta paradoja —jóvenes sin empleo y empleadores sin los perfiles deseados— plantea una urgencia: preparar mejor a las nuevas generaciones para un mundo en el que emprender se presente como una herramienta clave para el desarrollo.

Lejos de ser una habilidad innata, el espíritu emprendedor puede desarrollarse desde edades tempranas. Programas educativos que promueven el pensamiento crítico, la planificación, el trabajo colaborativo y la toma de decisiones permiten que los jóvenes descubran su potencial y se animen a actuar sobre la realidad que los rodea. En este sentido, la educación emprendedora se posiciona como una de las respuestas más concretas para ampliar horizontes, generar oportunidades y fortalecer proyectos de vida.

Un ejemplo destacado de este enfoque es Aprender a emprender, el programa de Junior Achievement orientado a jóvenes de entre 15 y 18 años. A través de una metodología práctica, los estudiantes crean emprendimientos reales, diseñan planes de negocio, gestionan presupuestos, producen y comercializan productos, mientras desarrollan habilidades técnicas, cognitivas y socioemocionales clave para su futuro laboral y personal.

En 2025, Aprender a emprender llega a más rincones del país: participan más de 410 cursos distribuidos en 22 provincias y CABA. El programa se implementa en comunidades tan diversas como Río Grande (Tierra del Fuego) y Tartagal (Salta). Además, este año se sumó por primera vez una escuela de Isla de Cañas, una localidad de un poco más de mil habitantes en Iruya, Salta. Esta expansión territorial no es casual: responde al objetivo de federalizar la propuesta y garantizar que más jóvenes, sin importar su contexto o ubicación, accedan a una experiencia transformadora.

Los resultados del programa son contundentes: el 72% de quienes participan considera positivo iniciar un emprendimiento y reconoce haber adquirido herramientas concretas para hacerlo; el 46% manifiesta que su objetivo es convertirse en emprendedor, y más del 70% destaca el trabajo en equipo, la responsabilidad, la creatividad y el conocimiento financiero como las competencias más fortalecidas durante la experiencia.

Frente a un escenario que exige respuestas innovadoras y sostenibles, fomentar el espíritu emprendedor desde la educación permite transformar desafíos en oportunidades. Emprender no se trata solo de fundar una empresa: es, ante todo, aprender a construir, a adaptarse y a liderar. Es un proceso que se puede enseñar y que debe ser accesible para todos los jóvenes, sin importar su contexto.

Invertir en educación emprendedora es apostar por una sociedad más resiliente, equitativa y preparada para el futuro. Porque cuando se les brindan las herramientas adecuadas, los jóvenes no solo encuentran una salida laboral: descubren una manera de ser protagonistas del cambio.

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