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Uno de los programas educativos presentes a lo largo y ancho de nuestro planeta es el Bachillerato Internacional (IB por sus siglas en inglés). Esta organización fue creada en 1968 Ginebra, Suiza, con la idea de proporcionar a las escuelas un currículo aceptado universalmente por las instituciones de educación superior que facilitara la formación de los estudiantes con movilidad internacional. Hoy, en vísperas de sus 50 años, está presente en más de 152 países y es implementado por más de 4500 escuelas, tanto de gestión estatal como privada.

Natalia Tieso, Gerente de Desarrollo Regional para América Latina del IB, dialogó con Sobre Tiza y afirmó que en la actualidad el IB ofrece una serie de programas que permite crear en las instituciones un plan completo desde Nivel Inicial hasta la Educación Técnico Profesional. Entre sus tareas se encuentra el diálogo con todas aquellas instituciones que desean sumarse a esta propuesta, cuyas características desafían algunos de los núcleos duros del quehacer de las escuelas y del sistema educativo.

En América Latina hay alrededor de 900 colegios con IB. El tipo de gestión es indiferente, pero en ambos casos requiere de un compromiso con la implementación a largo plazo. Para implementar el IB una escuela debe definir qué asignaturas, dentro de la propuesta de la organización, desea implementar en su programa de estudios, para luego realizar un trabajo de adaptación curricular. Este proceso implica conocer qué contenidos del IB ya están incluidos dentro del plan de estudios y cuáles deberían agregarse y con qué modalidad. Por esa razón, el acompañamiento inicial se enfoca en encontrar los tiempos y espacios para el desarrollo de la propuesta, así como también en la formación de los docentes.

El proceso de adaptación de los esquemas de asignaturas dura tres años, en cualquier escuela. Ese trabajo es arduo, es la cocina de lo que pasará en el aula”, explicó Tieso. Además, afirma que cada cinco años se realiza una evaluación para conocer el avance de la implementación, con el objetivo de corregir los desbalances y fortalecer a los docentes, quienes deberán tener una planificación colaborativa y trabajar interdisciplinariamente, dado que la evaluación de los alumnos incluyo diferentes tipos de dispositivos.

Según Tieso, las asignaturas son las mismas para todas las escuelas del mundo, pero en algunos casos los contenidos varían más que en otros.

Por ejemplo, en Historia se propone una enseñanza basada en Conflictos. De ese modo, los contenidos son variables pero el modo de encararlos y enseñarlos es la misma. En Literatura, por ejemplo, tenemos una oferta de títulos, pero cada docente puede elegir las obras que estén más adecuadas a las necesidades de su propuesta educativa y que sean cercanas a su cultura”, ejemplificó.

Así como cambian algunas propuestas de enseñanza, también se proponen otros cambios, tales como, por ejemplo, la evaluación. En el IB se evalúa con calificaciones numéricas que van del 1 al 7. Pero esta escala tiene equivalencias con las calificaciones escolares tradicionales a finde no complicar más el trabajo de los docentes.

Estas cuestiones con las que se van trabajando durante los años que dura el proceso de adaptación de las instituciones. “En los casos de escuelas de gestión estatal, para estos temas dependemos del acompañamiento que puedan hacer los equipos técnicos de los ministerios. En Ecuador tenemos 200 escuelas de gestión estatal y un equipo amplio de personas trabajando en la implementación desde el Ministerio”.

En ocasiones, estos tiempos y esfuerzos insititucionales, que buscan cumplir con los estándares de calidad, no se corresponden con los de la política pública o con los de la rotación de los docentes. Por ejemplo, la Nueva Escuela Secundaria de CABA implicó que cada colegio revisara su malla curricular en base a la reforma propuesta y en base a eso evaluara cuál era la materia que más le convenía elegir para implementar el IB.

Mirando al horizonte

Según la Gerente de Desarrollo Regional para América Latina, el IB no tiene como objetivo primordial la escalabilidad de la propuesta, sino que el foco está puesto en la calidad educativa y el acompañamiento personalizado a cada colegio.

Tenemos procesos de implementación largos, pero con mucho acompañamiento y con evaluación. No cambiamos el proceso por la urgencia de una institución. De ese modo tratamos de consolidar un proceso de calidad igual en todos los países en los que estamos presentes”.

Pero esa implementación no es sencilla, porque invita a los colegios a trabajar en tiempos a los que no siempre están acostumbrados. En términos de la evaluación, Tieso señala que “requiere no temerle a los resultados”. “La evaluación es un desafío para la mejora de los aprendizajes”, subrayó.

El foco del IB, afirma Tieso, está puesto en el desarrollo de habilidades y destrezas, antes que en los contenidos únicamente. Para lograrlo intentan virar de un modelo basado en lo disciplinar a otro transdisciplinar.

Para nosotros, el nuevo profesor tiene que centrar sus prácticas de enseñanza puedan trabajar desde el desarrollo de habilidades a partir de un acompañamiento a sus estudiantes. El contenido es esencial siempre y cuando permita al alumno seguir aprendiendo”, concluyó.

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