En ocasiones, al hablar de la formación de profesionales, se suele mencionar a la competitividad como uno de los elementos fundamentales para el éxito de los negocios y el aumento de las oportunidades. Pero, ¿qué pasa cuando nos proponemos compartir en lugar de competir? Esta es la base sobre la cual trabajan en el proyecto Nahual, Mariano Stampella (CEO de FDV Solutions), y sus compañeros, quienes se embarcaron en una tarea que vincula la enseñanza de programación con la posibilidad de dar rienda suelta a la creación.
“Nahual es un proyecto pensado para que todos podamos programar y testear. Nuestras metas son la contención y la integración. Contención e integración en respuesta a la desesperanza y a la fragmentación social que vivimos”.
Eso dice su página web. Pero a esta primera mirada se suma algo que para Stampella es natural: la idea de ayudar a quienes lo necesiten. El proyecto nació en 2006 cuando junto con unos amigos iban al Comedor Contra Viento y Marea, empezaron a preparar unas máquinas para enseñar algunas aplicaciones de ofimática.
El proyecto comenzó sin proyección a futuro, plan de negocio u organigrama. “En Nahual no hay jerarquías ni jefes, todo se hace de manera colaborativa. En ese momento empezamos como amigos que íbamos al comedor a divertirnos enseñando lo que sabíamos hacer”, afirmó Stampella, en diálogo con Sobre Tiza.
Con los años el proyecto fue creciendo. Interesados en replicar la propuesta en otros lados, comenzaron a abrir nodos en los cuales seguir enseñando a los chicos a programar y testear. También las empresas comenzaron a acercarse y a querer contratar a quienes empezaban su formación como testers o programadores en Nahual, y a su vez ellos volvían a los nodos a seguir enseñando a quienes quisieran aprender.
En la propuesta de Nahual existe una idea clave: colaborar. No se trata de armar un proyecto con un plan de negocio y una propuesta de escalabilidad, con metas y objetivos. Es acerca de cómo lo que uno disfruta puede ayudar a otros a mejorar su calidad de vida, ya sea con un trabajo o con la posibilidad de replicar esa ayuda en su comunidad.
En relación a los debates sobre la integración de los contenidos de programación a las currículas escolares, Stampella señaló que ayuda mucho a que los chicos aprendan cosas que les van a ser de utilidad en su carrera profesional. “Para nosotros, como proyecto, que los chicos puedan crear a partir del uso de una computadora es súper valioso. Es una manera de mostrarles que no es solo una herramienta de consumo, sino también de creación”, subrayó.