«Estrella»: actuación pura que no da respiro

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Estrella habla sin parar, se mueve de un lado a otro con gestos amplios, su vestido rosa llama inmediatamente la atención. Su frenético discurso mezcla cuestiones personales con recomendaciones sobre tonos de labiales. Estrella es revendedora de cosméticos por catálogo, madre, esposa, hija. Y es también la última creación de Juan Pablo Geretto, que llena una de las salas de El Camarín de las Musas todos los fines de semana.

Sin dudas, Geretto es dueño de un abanico enorme de recursos expresivos. La verborragia de Estrella será la característica principal de su discurso, que tendrá el primer silencio a la media hora de espectáculo. Y precisamente uno de los hallazgos de la obra es el manejo de los silencios, cada uno de ellos llega en el momento justo, para terminar de otorgarle a las situaciones la profundidad que requieren. Esa verborragia parece ser el reflejo de su forma de pensar y de mirar el mundo. El trabajo actoral de Geretto no sólo le da vida a esa mujer de pueblo cuyo único sueño es mirar televisión sino también al resto de los personajes con los que se relaciona. Desde su impiadosa madre hasta un vecino del pueblo, el artista los construye con soltura y logra tantos matices como climas distintos. Actuación pura que no da respiro, con un ritmo tan vertiginoso como preciso.

El texto nos lleva por una variedad de situaciones particulares que son, al mismo tiempo cuestiones universales: la relación con la madre, los hijos, la sexualidad, el embarazo adolescente y el matrimonio temprano, la infidelidad, el aborto, la violencia machista, las mentiras intrafamiliares. Todo en el contexto de una vida pueblerina, atravesada por los prejuicios y el mantenimiento de cierto orden moral. Estrella es una de tantas mujeres que nunca pudieron elegir, porque siempre fueron otros los que decidieron por ellas. Y la dramaturgia del propio Geretto parece conocer a la perfección esa subjetividad femenina, atravesada por los mandatos sociales que pesan sobre ella y por el hastío de una vida pueblerina.

Geretto construye a este personaje entrañable con complejidad, a través de diversas capas que se van desplegando ante la mirada de un espectador que se ríe y se emociona. La entrega es total y la implicación es absoluta. Lo que puede parecer una caricatura en los primeros minutos de obra, termina siendo un trabajo comprometido y profundo. Una mujer atravesada por la soledad, incomprendida y frágil detrás de tanto maquillaje. Una mujer que dedicó su vida al cuidado de su familia. Una mujer que no supo nunca cuál era su propio deseo. Estrella es una y es muchas. Estrella sueña con brillar pero su existencia es opaca. Estrella mira el mundo con crueldad y resignación al mismo tiempo. Estrella no se encuentra pero encuentra una posibilidad de salvación en una bicicleta regalada y un catálogo de cosméticos.

Últimas dos semanas en cartel. Viernes a las 20 y 22. Sábados a las 22 y Domingos a las 21. En El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960.

 

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