¿Cómo es morir? ¿Será un proceso largo y doloroso o, por el contrario, breve y rápido? ¿Qué sucede en ese instante en que la vida se apaga? ¿Cuándo será? ¿La muerte nos asalta de golpe o nos acompaña desde siempre? Estas son algunas de las preguntas que plantea “Constanza muere”, la última creación del dramaturgo Ariel Farace, cuya última función es este domingo 30 de julio.
Una tarde de domingo, Constanza espera la muerte. Mientras tanto, lee un libro, toma el té con masas, baila, escucha música, canta y riega frenéticamente la única planta de su casa, como si intentara extender su vida y, por continuidad, prolongar la suya propia, ganándole una nueva batalla a la muerte. En realidad, Constanza convive con la muerte desde pequeña pero desconoce cuándo y cómo será ese instante fatal. Para estar preparada o, quizás para enfrentar el miedo, ensaya diversas formas de morir, desde las más rápidas hasta las más agonizantes, llegando muchas veces al paroxismo. Es en ese momento en que el mundo parece morir un poco, como son los domingos a la tarde, que Constanza muere.
Esa muerte que la acompaña desde pequeña aparece bajo la figura de un hombre con cabeza de burro, capa y guadaña. La imposibilidad de representar la muerte hace que lo ficticio se vuelva explícito. Más allá, esa forma que adquiere la muerte es producto del imaginario de Constanza, el cual se completa con el tercer personaje: una suerte de niña con vestido de cuento que toca el piano. De esa manera, la puesta construye un mundo onírico, que se termina de constituir con la gran cantidad de objetos, vajilla y juguetes dispuestos como si fueran brazos de un río que recorre toda la casa.
Constanza ensaya diferentes formas de la muerte y en ese acto busca la respuesta a una pregunta que a todos nos interpela ¿Cómo es morir? Es, de alguna manera, la puesta en escena de la muerte. La propia muerte, imposible de ser representada, se vuelve entonces una ficción. Más aún en el teatro el cual, por definición, es repetición, mientras que la muerte ocurre una única vez. Y esa necesidad de ficcionalizar habilita que Constanza pueda ser interpretada por una chica joven con peluca y voz rasposa. Precisamente, el trabajo actoral de Analía Couceyro se caracteriza por una entrega absoluta y un manejo vocal perfecto, labor que habita y sostiene el gran texto de Ariel Farace, el cual logra una combinación perfecta entre la poesía y el humor porque sólo a través de esos recursos se puede hablar de aquello tan temido y, al mismo tiempo, tan desconocido.
Ficha técnica
Dramaturgia: Ariel Farace
Actúan: Analía Couceyro, Florencia Sgandurra, Matías Vértiz
Vestuario:Gabriela A. Fernández
Escenografía: Mariana Tirantte
Iluminación: Matías Sendón
Musicalización: Ariel Farace, Florencia Sgandurra
Asesoramiento en danza: Susana Brussa
Asistencia de dirección: Juan Manuel Wolcoff
Co-producción:Festival Dois Pontos, Entre_espaço Cultural Sergio Porto
Dirección: Ariel Farace
Timbre 4
México 3554 – Caba
Domingo 30 de julio a las 17, última función
Reservas por Alternativa teatral y por la web de Timbre 4