Matices de la integración de TICs en la Educación

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Actualización, cambio, ruptura o enriquecimiento. Las tecnologías de la información y comunicación (TIC) sin duda están poniendo en juego una serie de debates acerca de estado actual del sistema educativo y si éste responde a las demandas de la “sociedad actual”. Más allá del tipo de tecnología – hardware, software – que se utilice, es importante saber qué prácticas se pondrán en escena a la hora de implementar un plan que busque reducir la brecha digital en los diferentes países del mundo, tanto hacia afuera como hacia adentro de los mismos.

India, Uruguay, Perú y Argentina, sólo por nombrar algunos ejemplos, optaron por el modelo 1 a 1, ya sea formando alianzas con organizaciones como One Laptop Per Child (OLPC), Intel, o bien generando sus propias iniciativas. No obstante, la cantidad de computadoras o equipos por persona no determina, necesariamente, un tipo de modelo educativo per se, pero sí abre un abanico de posibilidades en el que se puede comenzar a trabajar.

Para dar un ejemplo sobre la importancia de las prácticas, se puede mencionar el caso de Guyana, que recientemente anunció el inicio de su plan One Laptop Per Family (OLPF). El Gobierno pretende distribuir computadoras en cada hogar con la intención de, además de reducir la brecha en el acceso y uso de las nuevas tecnologías, ofrecer servicios que mejoren la calidad de vida de los habitantes, especialmente relacionados con el sistema de Salud del país. “Una laptop es inútil si es sólo una laptop”, aseguró Sash Sukhdeo, Senior Project Manager del programa OLPF.

Algo similar sucede en el ámbito educativo. En Estados Unidos, el iPad de Apple comenzó a ingresar a las aulas, como una herramienta para facilitar la interacción y el desarrollo de los contenidos. Según publicó el diario La Nación, la tableta electrónica es un instrumento para enseñar Kafka en multimedia, historia por medio de juegos semejantes a los «concursos de preguntas y respuestas» y matemática con animación paso a paso de los problemas complejos. Además, la conectividad y el trabajo online permiten “extender el aula más allá de estas cuatro paredes», aseguró Larry Reiff, profesor de inglés de la Escuela Roslyn High de Long Island.

Si bien se trata una herramienta poderosa, dada su última tecnología y potencial de interacción, algunos docentes continúan mostrando su resistencia y rechazo hacia su incorporación a la actividad pedagógica y hacia las millonarias inversiones que los gobiernos hacen en pos de acortar la brecha digital y apostar a la inclusión digital educativa.

Por esa razón, es interesante conocer lo que está sucediendo en otras partes del mundo, como por ejemplo en Argentina. Al igual que otros países de América Latina, aún estamos recibiendo netbooks, más o menos actualizadas, pero pensar en un iPad para cada alumno suena bastante lejano, especialmente cuando el precio de esos equipos aquí es abismalmente superior al de los mercados norteamericano y europeo. Aún así, la cuestión “evangelizadora en TIC” y la resistencia se manifiestan de forma similar.

La posibilidad de cambiar el sistema educativo, de forma que la deserción disminuya, el aprendizaje y la generación de conocimiento incrementen, y que las instituciones no sean edificios poderosos que encierran en sus “cuatro paredes” el “Saber”, son cuestiones que atraen a muchos, pero que atemorizan a otros.

El surgimiento del Plan Conectar Igualdad, el Proyecto Quinquela (GCBA) o Todos los chicos en la Red (San Luis), entre otros, es sólo una continuación de iniciativas como el Programa Nuevas Tecnologías en Educación (1996), Prodymes II, PPREI (2004-2007), Es decir, que el libro de a inclusión digital educativa no está compuesto por páginas en blanco, sino que hay mucho material para analizar. Tal vez no correspondan necesariamente a modelos 1 a 1, pero sí son una base existente que puede aportar a la organización y a la implementación del plan actual, y al debate de cómo hacer frente a las resistencias de la llegada de las TICs a las escuelas.

Tal vez el principal desafío tenga que ver con una cuestión más cultural que tecnológica. Es decir, con la apropiación del plan, cuyo nombre puede variar según el país, el gobierno de turno o sólo con el paso del tiempo, y su integración a la comunidad educativa, que cada vez más se preocupa por lo que sucede dentro de 4 paredes, o se jacta de romper ese mismo límite, cuando el límite es construido socialmente.

La entrada de diferentes dispositivos no es la amenaza en sí, sino más bien el indicador del cambio potencial. No es la herramienta la que propone el modelo, sino las personas las que se apropian de la tecnología para crear una nueva experiencia educativa, enriquecedora e integral.

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