La Legislatura porteña declaró de interés educativo y tecnológico la labor realizada por Sobre Tiza. El proyecto fue impulsado por la Legisladora Manuela Thourte y su equipo, a quienes agradecemos por el reconocimiento de nuestros casi 15 años de esfuerzo por impulsar y sostener un espacio periodístico y de intercambio de ideas dedicado a las transformaciones de la educación y la cultura en la era digital. Ver texto de Declaración.
En 15 años las políticas digitales a las cuáles dedicamos nuestra atención, han experimentado grandes transformaciones. Nunca exentas de debates y polémicas, estas políticas marcaron la agenda educativa. Hoy nos enfrentamos a una realidad compleja: la guerra de las pantallas por nuestra atención, sumado al salto exponencial de la virtualidad durante la pandemia de COVID-19 y la irrupción de la inteligencia artificial generativa, han puesto sobre la mesa nuevas alertas. Son estas alertas las que hoy apuntan contra aquellas miradas optimistas sobre el impacto de las tecnologías, tanto en las aulas y en la vida cotidiana.
¿Qué puede aportar Sobre Tiza al periodismo digital en este escenario?
Sobre Tiza nació como un medio digital, jugamos las reglas que proponía el dinamismo de la circulación de la información, buscando garantizar que cada publicación sea confiable, verídica y reflexiva. ¿Lo logramos? Un reconocimiento como el recibido por parte de la Legislatura y el aval de la comunidad educativa y del ecosistema de actores vinculados a la educación y la tecnología, nos invitan a pensar que, en gran parte, sí, lo hemos logrado.
Pero nada de esto es posible sin quienes confían en que un medio como Sobre Tiza tiene sentido. Por esa razón, las primeras personas que quiero mencionar en este agradecimiento son aquellas que fueron parte de este barco en las diferentes épocas de este proyecto: Joan Longo, Diego Salazar, Mariana Turiaci, Luis Felipe Delgado, Federico Rollini, Rocío Bravo, Evelyn Sigot y Jimena Delgado. Con cada uno de ellos hicimos -y hacemos- de este un proyecto que, ante todo, nunca deja de aprender.
Un agradecimiento especial a quien desde hace ya varios años me acompaña en la aventura de emprender en Argentina: Ángel Colángelo. No sólo un amigo y un profesional de quien aprendo a diario, sino un hermano, un socio de la vida.
A quienes confiaron en este proyecto y en quien escribe desde el principio, y a quienes confiaron en nuestro trabajo: Mariana Maggio, Mariana Landau, Mariana Iribarne, Laura Marés, Pablo Aristizábal, Roberto Barlés, Julieta Zuázaga, Sabrina Díaz Rato, Melina Masnatta, Axel Rivas, Juan Bevacqua, Graciela Bertancud, Matías Scovotti, y tantos otros que cualquier lista siempre será incompleta.
Por último, pero nunca menos importante, la familia que ha visto cada etapa y acompañado cada momento, desde los más felices hasta los más complejos y desafiantes: Verónica Galarza, Luis Santiago Delgado, a mis hermanos Jimena y Felipe, que son parte de esta historia, y a Paloma y Francisco, a quienes espero que algo de este aprendizaje les sirva de guía.
Hacer periodismo autogestivo, independiente y de nicho en Argentina es una aventura poco recomendable, pero sigo confiando en que hay espacios que deben defenderse desde la trinchera de los valores, desde la posibilidad de potenciar las voces que no se encuentran fácilmente en otros espacios, desde la tarea diaria de comprender que, en un mundo que se mueve cada vez más rápido, podemos ser refugio y resistencia, y desde la convicción del aporte que podemos hacer desde el lugar que construimos para que el mundo que habitamos sea un poco mejor.