Los mandatos familiares se resisten a ser discutidos. En ocasiones, el amor de una familia esconde secretos o una gran cantidad de cosas que se saben pero en silencio, y que allí deben quedar. El ingreso a ese complejo mundo de lo no dicho, implica luchar contra el amor, la pertenencia, la identificación. Rasgar las vestiduras de lo que supuestamente somos, para saber lo que queremos ser, ya es sumamente complejo (e incluso doloroso) como para que, además, se nos sume la idea de entender los porqué de la muerte.
A estos temas se refiere Coco, una de las últimas producciones de Disney-Pixar, estrenada recientemente en los cines argentinos. Miguel es un niño que vive en Santa Cecilia, México, y que ama la música, pero en su familia no está permitida. Su tatarabuelo abandonó a su esposa y su hija para ir tras su sueño de convertirse en un gran artista. Luego de su partida, su tatarabuela Imelda, destierra de su vida a la música y aprende a hacer zapatos, oficio que luego se pasaría de generación en generación como un símbolo de progreso (emocional más que económico) y como un orgullo por mantener el espíritu de Imelda. Del músico poco se sabe, poco se dice. Solo una voz lo nombra como “papá”. Esas palabras sólo salen de la boca de la hija, Coco, quien es la bisabuela del protagonista, ya avanzada en edad y con los recuerdos difusos por el tiempo y la distancia. El padre de Coco es un demonio para todos, pero Coco, con sus pocas palabras, aún lo espera y lo ama.
Miguel se rebela, va en contra de todo su legado familiar para cumplir el sueño de ser como su ídolo, Ernesto de la Cruz, un músico que rememora a artistas del cine clásico. En el Día de los Muertos, cuando se rinde tributo a los ancestros y se dejan las ofrendas para puedan visitar a sus familias, Miguel logra entrar al mundo de los muertos y zambullirse en esos secretos, en la historia oculta de su familia, pero también lucha consigo mismo y sus deseos.
La muerte, el amor, la familia, la amistad, temas que se entrelazan para construir una historia emotiva, pensada para todas las edades. El personaje de Coco, aunque sea el de menos palabras, es protagonista espiritual del film. Su vida y la reconciliación son el motivo por el cual los Rivera pueden ser resilientes y perdonar, construir un futuro juntos desde una nueva mirada de su pasado.
Una hermosa producción en todo sentido, desde su idea, su guión, su música y sus mensajes (que no pretenden ser pedagógicos respecto a qué es la muerte o cómo hay que responder a ésta). Es ideal para ver en familia, pero también para volver a ver en cualquier momento.
Adelanto
Sinopsis
Miguel es un joven con el sueño de convertirse en leyenda de la música a pesar de la prohibición de su familia. Su pasión le llevará a adentrarse en la «Tierra de los Muertos» para conocer su verdadero legado familiar (FilmAffinity).
