Con la pandemia, la Educación 4.0 llegó para quedarse, conllevando cambios ineludibles en el paradigma educativo. En ese sentido, las instituciones buscan soluciones que ayuden a combinar las clases en línea y presenciales de la mano de las herramientas de la realidad virtual y la inteligencia artificial.
El intercambio de información es la esencia de las organizaciones que trabajan en el sector de la educación. Desde universidades hasta escuelas o instituciones de investigación, los estudiantes, profesores o investigadores necesitan este ida y vuelta para aprender y enseñar. Con la pandemia se conoció una nueva manera de llevar a cabo este intercambio; la educación híbrida combina clases en línea y presenciales e implementa novedades como la realidad virtual, la realidad aumentada, la inteligencia artificial, la gamificación y las herramientas colaborativas.
La forma en la que se tratan los procesos educativos también experimentó una revolución sustancial que afectó la forma en la que adquirimos y difundimos el conocimiento: esta es la tan mencionada Educación 4.0. Para los requerimientos de la misma, las redes tradicionales en muchos casos quedan chica, así como la infraestructura que las soporta, debido a que necesitan grandes cantidades de equipos, salas técnicas dedicadas, alto consumo energético operativo y hasta sistemas de ventilación y aire acondicionado. La nueva realidad requiere soluciones capaces de afrontar los retos educativos actuales y futuros y, al mismo tiempo, ofrecer una alternativa “verde” para un mundo cada vez más sustentable.
Al respecto, Furukawa Electric, compañía japonesa de equipos eléctricos y electrónicos, hizo referencia a la necesidad de soluciones completas para infraestructura de Redes de Comunicación, ideales para esta nueva manera de educar.
Es muy importante contar con redes de comunicación que respondan a las demandas de hiperconectividad en las aulas de universidades y colegios. Una red basada en fibra monomodo con alta tasa de transmisión combinada con alta tecnología, transmisión óptica y el uso de divisores ópticos permitirá que una sola fibra sirva a docenas de usuarios de la red, con total control.
Este tipo de tecnología elimina la necesidad de conmutadores de red de acceso y distribución que en general tienen un alto consumo de energía y requieren infraestructura y cuidados especiales. Así, el mismo se reduce drásticamente, en promedio del 40% al 70%, y los equipos dedicados, generadores, UPS y aire acondicionado también se eliminan de la red.
Sobre el ahorro de espacio, las salas técnicas ya no son necesarias y pueden utilizarse para otros fines, como aulas, laboratorios y salas de estudio, generando una reutilización eficiente de los espacios.
Además, las fibras ópticas monomodo, con un alcance de hasta 20 kilómetros de distancia, ofrecen importantes ventajas en los grandes campus universitarios, permitiendo que todo el control de la red se realice desde una única ubicación, independientemente de la distancia.
La solución Laserway de Furukawa tiene un gran grado de aporte en este sentido, ya que una alta conectividad para estos ambientes es la elección adecuada.
El paradigma de la Educación 4.0 seguirá avanzando y es necesario cubrir esta necesidad para brindar una enseñanza de calidad, con herramientas tecnológicas que faciliten el aprendizaje y le brinden tanto al alumno como al profesor una experiencia educativa de primer nivel.
Buscan conectar a los estudiantes de todo el país
La brecha de conectividad en la educación argentina
De acuerdo a un informe de UNICEF sobre Modelos alternativos de conectividad para escuelas de difícil acceso, la suspensión de clases presenciales como consecuencia del surgimiento de la pandemia del COVID-19 puso de manifiesto la marcada heterogeneidad y desigualdad en la disponibilidad de equipamiento informático y en el acceso a conectividad para sostener las tareas escolares en los hogares.
El acceso a recursos tecnológicos, como Internet y computadoras, demostraron ser un factor esencial para mantener una comunicación fluida con las instituciones escolares, interactuar con los docentes y sostener la continuidad pedagógica de los niños, niñas y adolescentes en el contexto del aislamiento.
Los datos relevados por la primera Encuesta Rápida de UNICEF3 a poco más de un mes de la interrupción de las clases presenciales (abril de 2020) mostraban que más del 40% de los hogares con niños, niñas y adolescentes no contaban con una computadora o tableta y que 3 de cada 10 tampoco accedían a conectividad domiciliaria.
Se advertía que también existían importantes disparidades territoriales en las condiciones de acceso a tecnologías y conectividad. Mientras que en las provincias del Noroeste y del Noreste (NOA y NEA) se registraban los valores más bajos de acceso a estos recursos –la mitad de los hogares en estas regiones no contaban con una computadora y una proporción similar no accedía a conectividad– en el resto del país la disponibilidad de computadoras abarcaba prácticamente a dos tercios de los hogares y, particularmente en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y en la Patagonia, el acceso a domiciliario a internet se ubicaba en torno al 75%.
Cabe señalar, que la falta de acceso a conectividad domiciliaria influyó negativamente en este aspecto: en los hogares sin conexión fija a internet el porcentaje que reportó la realización de tareas escolares disminuía al 78% en octubre de 2020.
Por otro lado, no solo la continuidad pedagógica se vio afectada por la falta de acceso a recursos TIC en los hogares, sino también el tiempo dedicado a las tareas escolares y el tipo de vínculo pedagógico que las y los docentes lograron sostener a la distancia con sus estudiantes.
Finalmente, cabe destacar que los datos más recientes de acceso hogareño a dispositivos e internet, que corresponden a la cuarta ronda de la Encuesta Rápida de UNICEF (mayo 2021), muestran una incipiente mejora respecto de 2020. La proporción de hogares con disponibilidad de computadora para usos escolares pasó del 48% al 53% en último relevamiento; mientras que la cobertura del servicio de internet domiciliario también mostró un crecimiento: la proporción de hogares con conexión domiciliaria pasó del 70% al 81%.
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