Muchas veces el teatro resulta ser un espejo donde ver nuestros sueños, deseos, amores, odios, temores y anhelos. Y quizá en esa identificación entendamos un poco más aquello que nos sucede o podamos ver una situación desde una perspectiva diferente. En ese sentido, las obras representan pequeños fragmentos de vida, donde los personajes se enfrentan a los vaivenes de la existencia, a los demás, a la sociedad, a sí mismos, a sus propios fantasmas.
Algunos de los grandes temas que el teatro ha tratado y sigue haciendo es el de los duelos y los vínculos familiares. Obras como La casa de Bernarda Alba, del gran poeta Federico García Lorca; Casa de muñecas, con su disruptivo final para la época, de Ibsen o El zoo de cristal, de Tennesse Williams han puesto en escena diferentes tipos de duelos y relaciones familiares atravesadas por distintas complejidades según los contextos. Y estos grandes temas se reconfiguran o se resignifican en el teatro contemporáneo.
Duelos y familias en la escena actual
En Más bello que la muerte un matrimonio se enfrenta a la inminente muerte de uno de ellos. En una atmósfera chejoviana, los protagonistas pasan sus días en una aparente calma que esconde pequeñas tragedias cotidianas y la certeza del final los lleva a vincularse con el presente de un modo más vital, con más entrega. Una obra que reflexiona profundamente sobre los vínculos y el duelo con lirismo y sutileza.

La muerte también aparece en De la mejor manera, donde dos hermanos acaban de perder a su padre y se enfrentan a ese momento de vacío en el que tienen que tomar decisiones para afrontar cuestiones familiares no resueltas. La obra nos hace ingresar en ese espacio íntimo del duelo de una forma absolutamente conmovedora al tiempo que pone en escena las relaciones, siempre complejas, entre hermanos, la masculinidad tóxica y el peso de los mandatos con potencia y sensibilidad.

La familia también se hace presente en una obra que precisamente la menciona desde su título. Seríamos una familia, inspirada en el universo de la escritora Lucía Berlín, cuenta el viaje de la protagonista para exponer los mandatos sociales que pesan sobre las mujeres. Temas como la violencia de género, la maternidad y el aborto atraviesan un texto cargado de poderosas imágenes. Y, quizá de forma más sutil, los duelos también aparecen acá en la decisión o no de practicar un aborto y en la elección de dejar atrás un tipo de vida o una relación.

Si de vínculos profundos se trata, también están los amigos, esas personas que elegimos para compartir nuestra vida con todas su alegrías y pesares. ¿Qué pasa ante la muerte de uno de ellos, cuando la contemporaneidad hace que la certeza de la finitud nos toque mucho más de cerca? La noche se está muriendo narra el encuentro imaginario entre el fantasma de García Lorca y su entrañable amiga, la actriz Margarita Xirgu, durante el estreno de una de sus obras más icónicas en Buenos Aires. En esta obra se despliega todo el juego del arte dramático convirtiéndose en una celebración del teatro en su máximo esplendor.

El teatro como encuentro
Obras como estas dan cuenta de la complejidad de los seres humanos, de lo efímero del presente, de la evanescencia del tiempo, y de las contradicciones que nos atraviesan ante cambios inesperados. Plantean las problemáticas de individuos escindidos, en permanente cambio, en constante formación, enfrentados a la sociedad, a las instituciones y a lo que se espera de ellos. En definitiva, el teatro cuenta historias. Y el relato, como narración de acontecimientos, protege del irremediable paso del tiempo. Al inscribirse en palabras (y en gestos) los hechos quedan al resguardo del olvido. Así, acontecimientos diferentes forman parte de la memoria colectiva de las sociedades y traspasan las generaciones. Entonces, las obras de teatro, en tanto relatos, nos hablan de sucesos, problemáticas y conflictos que nos atraviesan a lo largo de nuestra existencia.
Cada vez que asistimos a una función nos olvidamos por un rato de nuestra contradictoria existencia y nos adentramos en nuevos mundos y formamos parte de esa magia que se produce arriba del escenario. Tal vez, en ese descubrir, en ese encuentro, nos encontremos a nosotros mismos.