Adolescentes y cuarentena, coordenadas para la convivencia

La Lic. Verónica Galarza cómo podemos brindar contención a los y las adolescentes, respetando sus espacios y su intimidad en este contexto de aislamiento.

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Por Verónica Galarza, Lic. en Psicología.

La adolescencia es una época de búsqueda, de oposición, de rebelión, de extremismo a veces; la edad de los ideales, de verlo todo claro para, al instante siguiente, verse inmerso en la confusión mental más absoluta; de transgredir normas y de ir en contra de todo y de todos; de revolución personal para, poco a poco, ir reconstruyendo el propio yo fragmentado.

En otras palabras, es una etapa fundamental en el desarrollo psicológico de una persona, ya que es el periodo en el que se forja su personalidad, se consolida su conciencia del yo (adquirida en la primera infancia), se afianza su identidad sexual y se conforma su sistema de valores.

Desde el punto de vista fenomenológico, la psique del adolescente se halla en un proceso de consolidación en el que ha de producirse la integración psíquica del cuerpo sexuado púber y la progresiva emancipación de las figuras parentales.

Según un estudio reciente de Unicef, los sentimientos que prevalecen entre los y las jóvenes en estos tiempos de cuarentena obligatoria son aburrimiento, preocupación por los demás y ansiedad. Sumado a esto, los principales motivos por los que se sienten así están relacionados con la pandemia, la situación económica, el no poder realizar sus actividades habituales y el tener que pasar todo el tiempo en casa.

Encontrarnos compartiendo 24×7 con nuestros hijos adolescentes, durante tanto tiempo y en un mismo espacio, puede resultar una idea aterradora. Sin embargo, esto no tiene por qué ser un problema. En la medida que optemos por respetar la intimidad de los adolescentes, podremos superar esta etapa juntos.

Desde la preadolescencia, los jóvenes ya comienzan a buscar su intimidad; suele darse entre los 10 y los 13 años. Ellos necesitan y buscan intimidad para hacer sus cosas y también reclaman su espacio para estar solos. Es fundamental que los adultos podamos respetar su lugar en el hogar, al igual que sus tiempos y sus horarios. En esta cuarentena, los adolescentes viven a contramano del resto de los miembros del hogar, encuentran en el silencio de la noche la posibilidad de intimidad que no se da durante el día, cuando el resto de los miembros está rondando por la casa.

Podemos tomar el ejemplo que desde el 19 de marzo que comenzó DNU aislamiento social preventivo y obligatorio se dieron algunos permisos de circulación, pero ninguno incluye a los adolescentes, tanto la salida recreativa en CABA o salida acompañando a los padres en conurbano están dirigidas a niños y niñas hasta los 14 años por lo que al menos en lo que respecta al área del AMBA tenemos adolescentes metidos en sus casas por más de 100 días.

¿Cómo podemos, entonces, brindar contención a los y las adolescentes, respetando sus espacios y su intimidad?

Es importante, en la medida que este al alcance de la familia, ofrecer una habitación propia. De no ser posible, podemos optar por acondicionar un espacio para que tenga su intimidad. Es una regla básica de respeto por la intimidad del otro. Es su refugio en el hogar, es su espacio propio en el cual puede encontrase a sí mismo, sentirse libre, reír, llorar, compartir con sus amigos (hoy desde la virtualidad). Por todo eso, debemos respetar; aún en los momentos de tensión, no debemos irrumpir en este espacio y menos si pretendemos hacerlo de manera abrupta.

Respetar sus gustos, ser empáticos con respecto al manejo y disposición de las cosas en su habitación -si bien es importante mantener normas de limpieza y cuidado-, no debemos imponer nuestras preferencias en su cuarto.

En la medida que se establecen reglas firmes y claras de convivencia, es más fácil y previsible.

Es importante que cuidemos las formas a la hora de compartir estas reglas. Si tomamos como ejemplo la higiene de la vivienda, una buena manera es mostrándoles que es una muestra de consideración hacia los demás colaborar con la limpieza de su habitación para mantener limpia toda la casa.

¿Qué estrategias podemos poner en práctica las familias para que las y los adolescentes no se sientan abrumados por los miedos que se despiertan en esta situación de pandemia? Algo que leí por ahí es “Los niños, niñas y adolescentes en estos momentos (cuarentena) necesitan cierta seguridad y esa seguridad es responsabilidad de los adultos”.

Es en este punto que debemos ponernos a pensar, cómo los adultos nos tomamos esta pandemia y qué orden de prioridad le damos. Considero que si proveemos de herramientas (cuidados, información, etc.) a los adolescentes, podrán llevarla y convivir sin terror, sino con responsabilidad.

Mauricio Knobel decía: «Solamente si el mundo adulto lo comprende adecuadamente y facilita su tarea evolutiva, el adolescente podrá desempeñarse correcta y satisfactoriamente, gozar de su identidad, de todas sus situaciones, aun de las que aparentemente tienen raíces patológicas, para elaborar una personalidad más sana y feliz. De lo contrario, siempre se proyectarán en el adolescente las ansiedades del adulto y se producirá ese colapso o crisis de enfrentamiento generacional, que dificulta el proceso evolutivo y no permite el goce real de la personalidad».

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