Estudiar en tiempos de pandemia

La suspensión de clases presenciales desafía a las escuelas a encontrar alternativas que les permitan continuar con su labor pedagógica. En esta nota, Lila Pinto, Directora Ejecutiva del Colegio Tarbut, ofrece una serie de estrategias que cada escuela puede adaptar para seguir enseñando.

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Desde el 16 de marzo, el gobierno argentino dispuso el cese de actividades presenciales en escuelas de todos los niveles y tipos de gestión para evitar la propagación del coronavirus (COVID-19). Esta determinación exige una rápida adaptación para que las instituciones educativas no interrumpan los procesos de enseñanza y de aprendizaje de millones de alumnos. Garantizar la continuidad pedagógica en este contexto es un desafío sin precedentes que impacta tanto en las políticas públicas como así también en la cotidianeidad de millones de familias, directivos, docentes y alumnos.

“Aprender hoy, aquí y ahora, involucra fundamentalmente que la escuela se haga presente, no solo desde una propuesta académica, sino también como comunidad educativa capaz de ofrecer instancias de acompañamiento, contención y reflexión para el aprendizaje socioemocional y afectivo que este contexto interpela”, afirmó Lila Pinto, Directora Ejecutiva del Colegio Tarbut.

En este contexto, se diseñó el proyecto “Tarbut_Reloaded. Aprender distinto, aprender todos”, con la intención de dar respuesta a este contexto de emergencia sanitaria y a la necesidad de encontrar nuevas estrategias para que sus alumnos continúen aprendiendo. Si bien cada institución cuenta con un contexto, una población y recursos determinados, hay aspectos comunes que pueden guiarlos en el diseño de una rutina escolar adaptativa que configure una experiencia de aprendizaje significativo para todos los alumnos y sus familias en este contexto inédito y desafiante de distancia y aislamiento.

¿Cuáles son las estrategias de esta propuesta pedagógica?

  1. Hoja de ruta: anticipar la propuesta de trabajo para toda la semana, por nivel. La misma se envía a las familias el último día hábil de la semana, a través del canal de comunicación que esté utilizando cada institución.
  2. Coaches: organizar una red de acompañamiento que interactúe de manera fluida con un grupo de alumnos. Este rol entrama la tarea de acompañamiento emocional, social y académico, de los alumnos para la organización de sus actividades semanales y diarias. Esta red trabaja en conjunto con los Equipos de Orientación, las Direcciones y los docentes.
  3. Entornos virtuales: compartir con los alumnos las propuestas de trabajo académico, proyectos y actividades a través de plataformas digitales propias o de terceros, grupos de redes sociales. Consejos: contextualizar el sentido de las consignas, anticipar tiempos, establecer prioridades y asignar fechas de entrega y de retroalimentación. Algunas de las dimensiones de la retroalimentación formativa también se desarrollan en estos espacios.
  4. Encuentros sincrónicos: coordinar instancias de encuentro entre alumnos y docentes con el propósito de recuperar la tarea asincrónica y avanzar juntos hacia la construcción de nuevos conocimientos.
  5. Retroalimentación formativa: involucra el feedback que los docentes ofrecen a los alumnos y otras estrategias de reflexión sobre lo aprendido: autoevaluación, evaluación entre pares, devoluciones grupales en base a los trabajos individuales, entre otras. Esta retroalimentación se registra tanto en los entornos virtuales como en los encuentros sincrónicos y en el seguimiento de los coaches.
  6. Acompañamiento personalizado: diseñar junto con los equipos de orientación y las direcciones de nivel un esquema de seguimiento personalizado para acompañar a alumnos y familias en la organización y manejo de todas estas estrategias y de otras situaciones que requieran especial atención.
  7. Experiencias culturales: ofrecer propuestas culturales que permitan explorar otras maneras de ser, hacer y expresarse, recuperando los modos emergentes de vínculos y acercamiento social. Estas instancias innovadoras y de alto valor cultural enriquecen la propuesta global de aprendizaje.
  8. Canales de comunicación: establecer los canales de comunicación más apropiados en función de las necesidades específicas de cada contexto y población. De este modo, se busca garantizar una fluida y efectiva comunicación con los alumnos y sus familias, y entre colegas de la institución.

Cada una de estas estrategias puede adoptar particularidades de acuerdo con el nivel y la edad de los chicos. Junto con la continuidad de los aprendizajes académicos, también debe contemplarse el desarrollo de un conjunto de habilidades importantes que esta situación permite potenciar: autonomía, resiliencia, autorregulación y empatía.

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