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Apenas se dio a conocer la suspensión de clases como medida de prevención, el Colegio Beth encaró la continuidad pedagógica  a través de su propio campus Virtual,  una plataforma conocida por docentes y alumnos desde hace más de seis años, se utiliza habitualmente en nivel inicial y en primario. Las actividades y consigas que lo conforman se van diseñando acorde a las salas y grados.

El desafío que se presentó era cómo estar cerca de casa, cómo seguir con la personalización, la contención afectiva y la grupalidad, tres pilares esenciales que son parte del ADN del colegio.

Para poder estar a la altura del desafío, el equipo de Dirección diseñó un modelo que garantice el vínculo con sus alumnos desde el lado de la contención emocional.

Los ejes del modelo se basan en:

Todos estamos inmersos en la misma situación: alumnos, familias y maestros. Todos estamos en casa, para cuidarnos y cuidar a los demás. La casa, ese lugar relegado a la intimidad, se abre a través de las pantallas y los chicos se emocionan al ver a sus maestros en situaciones hogareñas. Todos nos quedamos en casa.

Interacciones en tiempo real y en diferido: entre docentes y alumnos, así como entre los propios chicos.  Una maestra canta para el grupo, como todos los días, su canción de buenos días con su ukelele, los títeres del jardín aparecen en las pantallas de los chiquitos o un maestro guarda en su mochila todos sus materiales al terminar su clase virtual. Nos enfocamos en una comunicación cercana y cálida, participativa, de diálogo, colaborativa, reflexiva y crítica, que promueva aprendizajes significativos y perdurables.

Compartir producciones grupales y colectivas: de manera de seguir trabajando la identidad grupal en el jardín y la primaria.

Además de los contenidos académicos, el cuerpo docente del colegio considera  que esta es una enorme oportunidad para enseñar competencias y valores: iniciativa, responsabilidad, creatividad, autonomía y tolerancia frente a situaciones adversas.

Sentimiento de pertenencia a la escuela: se  promueve que los chicos sigan viéndose como alumnos, con rutinas y horarios comunes a todos. La presencia del rostro y de la voz del docentes fortalece este sentimiento también.

A través de la implementación de este modelo se da especial importancia a los sentimientos: los alumnos demuestran alegría al encontrarse con sus compañeros haciendo la tarea cada uno con su pantalla, en su casa.  Responden consignas juntos,  pero separados.

Los padres y las madres sienten que sus hijos están contenidos, que el colegio los sigue guiando día a día con distintas propuestas de todas las materias y que están cerca de sus compañeros y docentes.

El modelo implementado por el colegio Beth ha sido también reconocido por distintas instituciones de la comunidad educativa que han elogiado la metodología que une la continuidad pedagógica más contención emocional.

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