Del espacio analógico a las pantallas

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El Centro de Innovación en Tecnología y Pedagogía de la UBA (Citep) abrió la inscripción al curso “Neolenguajes visuales. Del espacio analógico a las pantallas”. Se trata de una oferta virtual que hará foco en las técnicas y estrategias vinculadas a nuevas formas de representación visual en el espacio urbano y las pantallas, que pueden adquirir relevancia y valor en espacios de enseñanza y aprendizaje en el nivel medio y superior.

Este curso está dirigido a todos los docentes y adscriptos en ejercicio del CBC, las diversas unidades académicas y las escuelas de educación media dependientes de la UBA. Además, es requisito contar con habilidades básicas de navegación en Internet y de uso de correo electrónico. Hay tiempo para inscribirse hasta el 29 de mayo (o hasta agotar vacantes). El curso se desarrollará del 05 de junio al 10 de julio.

¿Cuáles son los modos de comunicación actuales de los jóvenes a través de imágenes? ¿Qué productividad puede tener esta “nueva visualidad” en el espacio del aula? ¿Por qué motiva tanto a las nuevas generaciones? ¿Cómo participa en la construcción de las identidades juveniles? Son algunas de las preguntas que abren el juego para pensar en los desafíos que se encararán en el curso.

“Asistimos hoy, en las megalópolis del mundo, a un curioso fenómeno. Una clara tensión entre la seducción de las marcas y su contracara, las improntas e intervenciones sobre la propiedad privada, el consumo automatizado y la filosofía del “hazlo tú mismo” (DIY, de acuerdo a su acrónimo en inglés, Do It Yourself), la obscenidad del capital y el pudor de la indigencia, las renovadas galerías de exclusión simbólica y los cruces de frontera no habilitados. Las neolenguas visuales son el esperanto del margen. Voces que se alzan para decir(nos) que otro mundo es posible, o para gritarnos ´¡Aquí estoy, existo, rechazo, resisto!´”, afirman en la presentación del curso.

La cursada reconoce tres momentos. Inicialmente, se relevarán y registrarán “neolenguas” en el espacio inmediato de un barrio o espacio urbano que nos resulte próximo, familiar, reconocible, y compartir las imágenes a través de una plataforma amigable. Luego, se aprenderán algunas constantes y variables que permitan “hablar” en estas neolenguas. Finalmente, se compartirán los resultados de la práctica experimental con el grupo.

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