«Petróleo», el éxito teatral que pasará del circuito oficial al comercial

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Catalogada como una de las mejores obras del 2018, Petróleo, la última creación colectiva del grupo Piel de Lava, integrado por las actrices Pilar Gamboa, Elisa Carricajo, Valeria Correa y Laura Paredes, sigue con entradas agotadas en el Teatro San Martín y a partir del mes que viene pasará del circuito oficial al comercial, con 12 únicas funciones en el Teatro Metropolitan Sura.

Ahora bien ¿a qué se debe este fenómeno?, ¿qué está poniendo en escena la obra como para que genere tantas expectativas, más allá de la trayectoria del grupo o de las actrices que lo conforman?, ¿qué sentidos se ponen en juego y se disputan en una puesta que puede resultar distinta para el Complejo Teatral de Buenos Aires?

Tal vez, una respuesta preliminar a estas cuestiones esté en el actual contexto, tanto social como mediático. La cuestión de género está en el centro del debate y el feminismo adquirió un nuevo impulso a partir de movimientos como el Ni una menos y la campaña por la legalización del aborto que, si bien ya cuenta con quince años de trayectoria, en el último año adquirió una visibilidad mucho mayor con el debate del proyecto de ley en el Congreso Nacional. Entonces, los últimos cuatro años fueron testigos de otra circulación de sentidos en torno a los géneros donde se cuestionó tanto los estereotipos asentados históricamente como los modelos tradicionales de mujer y de varón, en una intención de superar el binarismo de los sexos. De pronto, la propia cotidianidad empezó a ser cuestionada y desnaturalizada y muchas de las situaciones que se vivían como naturales fueron vistas con los lentes del feminismo, denunciando la desigualdad histórica entre varones y mujeres. Es decir, gran parte de la sociedad comenzó a cuestionarse lo que tan natural parecía y ya no hubo vuelta atrás. Como seres de lenguaje que somos, estamos atravesados por discursos y muchos de ellos hicieron circular otros sentidos respecto a los géneros. Así la cuestión de género se colocó en el centro del debate social y de la agenda mediática.

En Petróleo, las actrices del grupo Piel de Lava interpretan a cuatro varones que trabajan en un pozo petrolífico de la Patagonia. Allí pasan todos sus días ya que además de trabajar viven en el lugar, en un pequeño trailler donde comparten su cotidianeidad. El equilibrio se verá afectado con la llegada de un nuevo integrante lo que, sumado a cuestiones propias del lugar, dará desarrollo a la trama. En esos días que transcurren entre el trabajo y el tedio saldrán a la luz las historias personales de cada uno y, al mismo tiempo, algunos de los temas que atraviesan a la masculinidad hegemónica en general. Sin embargo, ese día a día se verá enrarecido por la presencia de elementos y vestuario que remiten al modelo estereotipado de lo femenino. Pero estos varones típicamente masculinos, lejos de escandalizarse lo vivencian como si se tratara de algo que, de alguna manera, también los constituye.

Se podría pensar entonces que Petróleo hace dos operaciones en su puesta. Por un lado, pone en evidencia y denuncia lo ficticio de los géneros, es decir, que tanto lo que se considera socialmente como femenino y masculino son construcciones y que en tanto tales son ficciones, como lo es, metadiscursivamente, el teatro. Por otro lado, trata de invertir las relaciones de poder entre los géneros. Mujeres interpretando a varones estereotipados que, paradójicamente, se sienten muy bien utilizando los signos de lo considerado socialmente femenino. La masculinidad y la feminidad hegemónicas en un cruce que subraya la ficción de los géneros binarios.

El teatro se hace eco de los fenómenos sociales y culturales y es uno de los tantos discursos que circulan socialmente. En tiempos de feminismo y de desnaturalización de sentidos históricos, una obra como Petróleo de alguna manera es resultado de su época.

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