- Publicidad -

Un comercio dispuesto a recibir clientes se propone por única vez expulsar a uno de ellos; la embarazada, el compañero, su jefe y el señor del baño. ¿En qué momento de la historia «esperar» se transformó en algo perturbador? ¿En qué momento de la historia cambiaron la definición de «tranquilidad»?

Luro, la primera novela de Luciana Sousa, nos invita a adentrarnos en un mundo que habitualmente suele estar solo “de paso”. En ese lugar el reloj no es más que un accesorio, porque el tiempo real está medido por las paletas vacilantes del ventilador. Las primeras páginas nos sumergen en una atmósfera que nos acompaña durante toda la lectura, y construyen a nuestro alrededor una coraza que nos protege de lo que sucede fuera de ese relato.

Cada hoja de esta hermosa edición impresa en los talleres del sello Funesiana se disfruta por su textura, color, diseño e ilustración, y, sobre todo, por una escritura pausada, de una cadencia ágil. Nos invita a avanzar sin detenernos para saber qué sucede con esas “esperas”, con esas historias que se entrelazan y se mezclan entre sí para dar respuestas a lo extraño que se presenta. Eso que rompe con la normalidad para convertirse en aventura, en excusa para escapar de la quietud, sin saber que escapar es muchas veces la manera de que todo siga igual.

La obra de Sousa no es pretensiosa, no intenta generar zonas oscuras con su escritura, no juzga. Suelta las palabras de una manera auténtica. Uno siente que está tomando un café con esos personajes o que puede acariciar a los perros que se desploman en el playón. Se sorprende de las ocurrencias de Julio, de Sánchez y de la protagonista, y juega con ellos a descubrir a cada paso, a cada página, cómo los desafía la monotonía y el extrañamiento frente a lo nuevo.

Desde la web de Funesiana puede adquirirse el libro, que forma parte de la colección “El futón de Alfio Basile”, en formato digital, pero les recomendamos que no dejen de sujetar entre sus manos esta cuidada y delicada edición de un libro al que seguramente volverán más de una vez.

- Publicidad -

Deja un comentario