La sombra de un padre

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El ritual del domingo por excelencia, el almuerzo familiar, se reconstituye apenas el espectador ingresa a la sala de Espacio Callejón para ver “La fiesta del viejo”. Un knishe de papa y un vaso de vino servirán para adentrarlo en el universo que plantea la obra, mientras los actores juegan y festejan al ritmo de la música.

El viejo Lear, inmigrante polaco y dueño del Club Polonia, cumple años y su familia le prepara una fiesta sin saber que ese día será el principio del final. Aprovechando el buen humor y la congregación familiar, el viejo hará un anuncio que viene pensando desde hace tiempo atrás. Dividirá en vida su herencia entre sus tres hijas, proporcionalmente a la intensidad en la que cada una le exprese su amor. Bastará que le toque el turno a Cordelia, su hija más pequeña, para que se desate el conflicto. A diferencia de sus hermanas, movilizadas por una ambición que las llevará a hacer una exagerada puesta en escena aduladora, ella optará por ser más sincera. El viejo, desilusionado por no poder escuchar lo mucho que lo ama su hija más chica, tomará la arbitraria decisión de desheredarla.

Basado en la famosa tragedia de El Rey Lear de Shakespeare, Fernando Ferrer, director y dramaturgo de la pieza, logrará transpolar esta historia a un universo actual y barrial pero con su propia poética. La Bretaña del Rey Lear será el Club Polonia del viejo. Su reinado estará delimitado por las calles de un Almagro en auge por su cercanía al cotizado barrio de Palermo. Será este el motivo por el cual sus hijas mayores decidirán la venta del terreno de esas “cuatro chapas locas”. Poco importará el destino de aquellos que viven en el club gracias a la generosidad del viejo.

Entre el humor y el dolor, el texto navega desde la actualidad hasta la Segunda Guerra Mundial. El Alzheimer que padece el viejo será el canal por el cual pasado y presente se funden en una dramaturgia precisa, contundente y sensible, que emociona y hace reír al tiempo que abre un sinnúmero de preguntas. Las tierras de su Polonia natal se confundirán con las calles del barrio y las imágenes de los trenes llegando o partiendo de los campos de concentración asaltarán al viejo en cualquier momento. Con absoluta soltura y genialidad, Abian Vainstein se apropia de un texto largo y complejo y construye un personaje contradictorio, asaltado por los fantasmas del pasado, despótico y entrañable, a la vez. Así, su trabajo se erige y destaca en el centro de una dramaturgia que necesita de una poderosa presencia escénica para articular las diferentes líneas de acción a través del resto de los personajes, quienes serán los encargados de hacer crecer la tensión hasta el desenlace final. Es necesario también destacar el gran trabajo del resto del elenco, sin el cual la obra no sería lo que es.

La sala de Espacio Callejón y los pocos elementos que funcionan como escenografía reconstruyen un club venido a menos. El espacio escénico se amplía hacia los balcones laterales, donde tienen lugar algunas de las situaciones de la obra, de tal manera que el espectador se siente parte de la puesta. Ese clima de decadencia se complementa con la particular atmósfera creada por los recuerdos de guerra y el sonido del bandoneón tocado en vivo. En una dialéctica atravesada por diferentes conflictos, la pieza comienza con un tono festivo y paulatinamente se va tornando oscura hasta que la tragedia asesta su golpe certero.

La desconfianza, el desamor, los vínculos atravesados por la codicia, las heridas de guerra, la falsa adulación, la familia como el lugar donde puede desatarse lo más terrible, la vejez y la enfermedad como aquello que aleja de la propia subjetividad. Por un lado, los conflictos y los vínculos familiares atravesados por la hipocresía y la ambición y, por el otro, las terribles marcas en el alma de una guerra atroz. Pero La fiesta del viejo va más allá y también se cuestiona por la existencia. El viejo pregunta “¿Quién soy yo? ¿Soy 18 pastillas?”. “Me transformé en una sombra”, concluye. Incluso, atravesando toda la obra, queda sobrevolando otra cuestión que nos interpela como sujetos: ¿Qué es ser un padre?

Ficha técnica

Autoría: Fernando Ferrer

Dramaturgia: Fernando Ferrer

Actúan: Moyra AgreloAgustina BenedettelliJulieta CayetinaHelkjær EngenDemián GallitelliEzequiel GelbaumClarisa HernandezGonzalo RuizJulian SmudEzequiel TronconiAbian Vainstein

Vestuario: Marina ClaypolePeta Moreno

Espacio escénico: Romina Giorno

Diseño de luces: Sebastián Francia

Efectos especiales: Guillermo Toledo

Fotografía: Romina Giorno

Arte: Romina Giorno

Diseño gráfico: Juan Francisco Reato

Asistencia De Producción Ejecutiva: Male Devoto

Asistencia de dirección: Marisol Scagni

Producción: Fernando FerrerEzequiel GelbaumClarisa HernandezJulian Smud

Dirección: Fernando Ferrer

Espacio Callejón, Humahuaca 3759, CABA

Domingos, 12 hs.

Reservas y compra de entradas por Alternativa Teatral

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