Educaos

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«Cada uno se encuentra en su desorden»

Cómo plantear preguntas cuando estamos inmersos en el centro de un ovillo de lana de displays del cual queremos salir para respirar. Pensemos en esas palabras que se escuchan por ahí: desarrollar las habilidades del Siglo XXI, refiriéndose en la mayoría de los casos a la producción colectiva y colaborativa. Pero, aguantemos un poco… tal vez empezamos dando cuestiones por asumidas, primer error (agradezco a @luzpearson por hacérmelo notar).

Somos el mismo caos. Educamos en el caos y lo reproducimos ¿A qué me refiero? Pensemos en la llegada del nuevo manual Santillana al aula, por ejemplo. El contenido puede variar, más o menos, no importa, pero varía. Se adaptan las actividades. Podemos seguir la receta, cambiarla. Sin embargo, la guía sigue siendo una ayuda significativa, ergo, una limitación a la imaginación de la asignatura (otro concepto a trabajar, frente a la multidisciplinariedad).

Con la entrada de las tecnologías (tengamos en cuenta que el libro es una tecnología, pero en este caso me gustaría no hacer referencia a la concepción genérica de TICs, para ir trabajándola a lo largo del curso), sube el agua, nos tapa y muchas veces no nos deja respirar. ¿Qué hacemos cuando eso sucede? La respuesta no es “adaptarse” (en el sentido biológico), precisamente. Nuestra adaptación es parte de la reinvención conformista de la resignación ante la herramienta. Nos modifica para luego estandarizarnos.

Pero es justamente la modificación constante lo que estamos proponiendo. La herramienta/tecnología puede ser la misma, pero no sucede lo mismo con los usos que uno pueda darle. De una simple llamada desde un teléfono móvil hasta la creación de una producción low ficelumetraje -, todo puede ocurrir cuando la imaginación nos coloca frente a los objetos y las tecnologías, y nos permite destronar la impronta de su marca y fin establecidos, para resignificarlos en la práctica cotidiana, una y otra vez.

Ordenarse en el caos para volver a desordenarse. Crear para luego destruir y crear de nuevo. Ciclos sin fin en la imaginación colaborativa, reinventar en conjunto. Algo de eso en Manifiesto Edupunk.

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1 COMENTARIO

  1. Está muy bueno. Creo que, desde el lugar de lo establecido, falta perderle un poco el miedo a las tecnologías y a sus usos.
    Y permitirse el caos… uff, todo un desafío.

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