Los nuevos mundos que transformarán la educación: el metaverso y sus herramientas de inmersión

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Por Victoria Hernando, Coordinadora de Comunicación y Marketing de e-ABC Learning, y Asesora de Marketing Educativo en el Centro de Innovación Latinoamericana en Tecnología Educativa (Cilte).

Son muchos los cambios que se vienen produciendo en este siglo, provocando transformaciones profundas en todos los ámbitos de la vida social y laboral de las personas.  Especialmente en la forma en la que nos educamos y capacitamos, con la incorporación de la virtualidad y la realidad extendida, entre otras innovaciones tecnológicas. 

No obstante, en un mundo en constante transformación, se mantiene la manera en la que educamos. Universidades, colegios y escuelas de todo el mundo, mantienen un estrecho desarrollo curricular desde hace más de 2 siglos, además de seguir un modelo común que cultivaron los antiguos griegos. 

Durante los periodos de aislamiento, al comenzar a trabajar y estudiar desde casa, atendiendo a las necesidades básicas del mundo en modo seguro, Internet potenció los espacios de intercambio virtual, haciendo que nadie perdiera la posibilidad de interactuar con otros seres humanos, pese a la imposibilidad de contacto físico. 

Si bien los niveles universitario y secundario pudieron adaptarse en gran medida a la virtualidad plena, los alumnos de educación inicial y primaria fueron los que recibieron la peor parte del cimbronazo. En los primeros años de aprendizaje la interacción personal lo es todo, ya que el conocimiento se transmite de formas muy lejanas a la lectura y la escritura puntual. 

No obstante, gracias al equilibrio que siempre se produjo entre nuestra tradición educativa y la adaptabilidad humana a las innovaciones, se logró reducir el impacto negativo que tuvo la pandemia en los más chicos. Para ello fue fundamental el compromiso de los docentes y acompañantes educativos, que comenzaron a capacitarse en tecnología y a idear formas de suplir las necesidades de este nivel de educación en todo el planeta. 

Una reformulación del estándar, permitió incluir políticas públicas de inclusión y diversidad. Si bien no es un secreto que las nuevas generaciones tienen una impronta muy diferente sobre los feminismos, las nuevas sexualidades y la relación de la religión y la política; la interacción cibernética potenció también esos debates, en escenarios menos solemnes y con mucha más participación. Ahora se habla desde otro lugar y con más amplitud en cuanto a lo que cada persona puede o no «ser» y «hacer». Ese espacio, en el mundo real, el virtual o cualesquiera otros por descubrir, es en sí mismo una ganancia futura irrefutable. 

Por su parte, las grandes empresas tecnológicas que ya tenían propuestas en entornos digitales, incrementaron su cobertura de forma desproporcionada y muchas veces desbordada, para dar soporte a una necesidad inmediata e impensada. Una ola de nuevas maneras de educar online nació en pocas semanas y no ha parado de hacerlo hasta el día de hoy. 

Innovación inmersiva: un salto en el tiempo de al menos 5 años en pocos meses

Prácticamente todos los meses escuchamos sobre el surgimiento de nuevas formas de enseñanza, nuevos espacios educativos o innovadoras herramienta inmersivas para aprender desde cualquier lugar y con mayor profundidad. Al punto que la inmersión comenzó a ser parte de la jerga habitual del ciudadano promedio.

La inmersión se traduce en una participación más directa del usuario, quien puede introducirse por completo en otro mundo, un mundo artificial.

De esa manera, no estaríamos únicamente viendo lo que sucede a través de una pantalla, sino que tenemos mecanismos para estar rodeados de ese «otro mundo» e interactuar casi desde adentro. Este, sin duda será el campo en el que más se descubran formas de aprendizaje para las nuevas generaciones. 

Hasta hace poco tiempo hablábamos de realidad pero hoy debemos referirnos a «realidades» (en plural), conformadas por entornos que acompañan y transforman el mundo, pero dentro de Internet. 

Veamos aquellas realidades que hoy están disponibles (más allá que en el futuro puedan surgir otras):

  • Realidad virtual (VR): está conformada por escenarios virtuales en los cuales se pueden incorporar contenidos accesibles mediante diversos dispositivos digitales: gafas de realidad virtual (preferentemente), tabletas y computadoras. Cuando interactúa con el usuario se denomina «realidad virtual interactiva».
  • Realidad aumentada (RA): se trata de contenidos virtuales con los cuales se interviene el mundo físico. Por ejemplo, cuando a través de un celular, podemos ver objetos que no están presentes físicamente en un lugar puntual pero igualmente podemos visualizarlos, ya sea en la vía pública, un museo, una fábrica o el salón de clases.
  • Realidad mixta (RM): combina y superpone secuencias en tiempo real dentro del contenido de realidad virtual. 

Sin duda, estos nuevos escenarios despiertan un gran interés, pero no es tan simple acceder a ellos. Hay que tener en cuenta que actualmente no existe en el mundo un acceso completo, ilimitado y gratuito a Internet. No todos los países están preparados para estas nuevas realidades, y como destaca Fernando Rodríguez, fundador y CEO de Grupo AE, compañía especializada en digitalización en el ámbito educativo, lo que “tenemos que aunar esfuerzos para salvar la brecha digital, porque, pese a que antes todos aprendíamos de la misma manera, ahora disponer de más recursos puede marcar grandes diferencias entre centros”.

Realidades inmersivas: un viaje en el tiempo

Recuerdo una charla que tuve con un colega de trabajo muy cercano, Hugo Duarte, analista y técnico de e-ABC Learning, cuya tesis de maestría en Educación Superior –en proceso- está basada  en la comunidad extinta Selk’nam de Ushuaia (Argentina).

Él me explicó que la educación superior siempre está en constante transformación y búsqueda de nuevos esquemas, pero de alguna manera aferrada a las formalidades de siglos atrás. 

Con la comunidad Selk’nam Hugo comenzó a entrar en un ‘nuevo mundo’ que solo aparece para quienes viajan a Tierra del Fuego. Un mundo que –en sus propias palabras- parece sacado de un cuento de hadas. A medida que fue profundizando en él, pudo descubrir en los Selk’nam a personas muy especiales, con habilidades y mutaciones únicas, en lo físico y lo espiritual. 

En el marco de este proceso, Hugo me comentó que esas sensaciones que fue teniendo en el proceso de conocimiento de dicha comunidad, es exactamente lo que el metaverso significó para él, la primera vez que tuvo un encuentro inmersivo, en el cual interactuó con dos investigadores localizados en otros continentes. La cercanía y amplitud que experimentó con la realidad virtual, le permitió un intercambio más palpable del que brinda la interacción web. Para el, el metaverso se convirtió en ‘otro mundo’, uno al que solo accedés si te adaptas a las nuevas tecnologías. 

Al final, los nuevos mundos están por todos lados, pero hay que saber entrar en ellos, hay que saber cuándo y cómo adaptarse. No importa si es para viajar al pasado y sentir a los Selk’nam o para llegar al futuro del metaverso, un nuevo universo en tres dimensiones, en tiempo real y en línea. Un espacio virtual compartido, interactivo e inmersivo que combina múltiples entornos con el uso de tecnología aumentada (AR) y realidad Virtual (VR).

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En el metaverso se puede socializar, jugar, reunirse y trabajar, todo en espacios 3D y para nuestro caso por supuesto también aprender y enseñar. 

Si lo pensamos detenidamente, encontrar una manera de potenciar la educación en el metaverso, nos dará también las claves para que la humanidad se pueda acondicionar a este nuevo espacio de vida y aprendizaje. 

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