La sociedad digital y su influencia en la educación

La digitalización es sinónimo de crecimiento, sostenibilidad e inclusión, pero plantea retos. El principal: garantizar el acceso a las oportunidades y a la educación.

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Según el informe Sociedad digital en Latinoamérica 2020-2022, elaborado por Fundación Telefónica Movistar y al que tuvo acceso Sobre Tiza, la digitalización es sinónimo de crecimiento, empleo de calidad, sostenibilidad e inclusión. Sin embargo, plantea debates y retos, como los relativos a la desinformación y a la protección de los derechos humanos. En ese sentido, la conectividad resulta vital, ya que garantiza el acceso a las oportunidades y, en particular, el acceso a la educación.

De acuerdo al informe Sociedad digital en Latinoamérica 2020-2022, elaborado por Fundación Telefónica, al que tuvo acceso Sobre Tiza, la digitalización es sinónimo de crecimiento, empleo de calidad, sostenibilidad e inclusión. Es una palanca clave para impulsar la economía global y la sociedad en su conjunto.

En ese sentido, la pandemia aceleró la digitalización, haciéndola avanzar el equivalente a un lustro en las primeras semanas de confinamiento y demostrando la relevancia de la conectividad. Ya no hay dos vidas, hay una sola y es digital.

El informe indica que “la recuperación de la crisis generada por la COVID-19 será digital”. Y en el caso de países emergentes, como los de América Latina, la transformación supone una gran oportunidad para remodelar sus economías.

Sin embargo, la digitalización también plantea retos y debates, como los relativos a la desinformación y a la protección de los derechos humanos. Se necesita garantizar un uso ético de la tecnología dentro de un marco de valores humanistas, protegiendo la privacidad y los derechos digitales, para asegurar el éxito de una transición digital que no deje a nadie atrás.

La conectividad es vital, y lo será cada vez más en el futuro, ya que garantiza el acceso a las oportunidades y, en particular, el acceso a la educación. Los países latinoamericanos tienen claras desde hace tiempo las ventajas del uso de la tecnología en los procesos de enseñanza y han desarrollado numerosas políticas para la expansión de las tecnologías digitales en el sector educativo. A pesar de todos estos esfuerzos, todavía existen numerosos obstáculos para que los estudiantes latinoamericanos puedan beneficiarse plenamente de las ventajas que aporta la educación digital.

Según la OCDE, aunque la falta de conectividad es una de las principales barreras, existen otras, como la escasez de habilidades y competencias digitales o las dificultades relacionadas con la seguridad y la asequibilidad.

La crisis provocada por la COVID-19 y la limitación consecuente de la presencialidad en la formación ponen en relieve la importancia que adquieren internet y las tecnologías de la comunicación como medios para garantizar la continuidad del proceso de enseñanza y aprendizaje.

En ese sentido, los países de América Latina deben realizar un mayor esfuerzo por eliminar las brechas digitales entre el alumnado y garantizar la conectividad y el desarrollo de habilidades y competencias.

De esta manera, la educación se convierte en un elemento clave para formar ciudadanos del siglo xxi, capaces de vivir y trabajar en entornos cada vez más tecnológicos y de extraer lo mejor que el mundo digital puede aportar a la experiencia vital. Igualmente, se plantea el reto de formar a una mano de obra que combine habilidades digitales con otras necesarias para desenvolverse en los entornos laborales actuales, las denominadas soft skills.

La aplicación de medios digitales en la educación —desde los niveles iniciales a la superior— puede contribuir a fomentar el desarrollo de las competencias que debe adquirir la ciudadanía de este siglo.

No obstante, no se trata tan solo de aplicar herramientas digitales en el aula; se trata de asumir un nuevo ecosistema de aprendizaje que tanto docentes como alumnos deben saber dominar y explotar, para poder extraer los mejores resultados de él.

A pesar de todos estos esfuerzos, todavía existen numerosos obstáculos para que los estudiantes latinoamericanos puedan beneficiarse plenamente de las ventajas que aporta la educación digital.

Según apunta la OCDE, aunque la falta de conectividad es una de las principales barreras, existen otras, como la escasez de habilidades y competencias digitales o las dificultades relacionadas con la seguridad y la asequibilidad.

La falta de conectividad es un problema general para la población de la región, pero, en el caso de los estudiantes, los centros escolares están contribuyendo a cerrar la brecha digital, de forma que, según datos de la OCDE, en torno al 75 % de los estudiantes latinoamericanos declararon tener acceso a un ordenador de sobremesa o portátil en su escuela, y un porcentaje parecido afirmaron disponer de conexión a internet.

Por supuesto, las cifras varían notablemente por países y al comparar las distintas situaciones socioeconómicas. En el caso del acceso a internet, el 86 % del alumnado del estrato social más favorecido accede desde el hogar y desde la escuela, cifra que desciende al 49 % entre los estudiantes económicamente desfavorecidos, grupo en el que más de un tercio de los individuos no disponen de conexión o solamente disponen de ella en la escuela. Por países se observan grandes diferencias.

Por ejemplo, en Perú el 37 % del alumnado más desfavorecido solamente puede acceder a internet desde la escuela, en Colombia dicha proporción es del 27 %, y en México del 22%. En el extremo opuesto, en Uruguay el 82 % de los estudiantes de familias desfavorecidas tienen conectividad tanto en su casa como en el colegio —una cifra cercana a la media de los países de la OCDE—, y en Chile suponen el 77 %.

Otro de los principales obstáculos para el desarrollo del aprendizaje digital está relacionado con la falta de competencias y habilidades de los estudiantes de la región. Los datos ofrecidos por la CEPAL ponen en evidencia que el alumnado iberoamericano se encuentra por debajo de la media de la OCDE en lo tocante al uso de tecnología.

Atendiendo a las distintas cuestiones analizadas, las habilidades que más se trabajan en las escuelas son el poder determinar la fiabilidad de la información online, comprender las consecuencias de publicar en redes sociales y saber seleccionar la mejor información entre distintas fuentes de internet. Por el contrario, los estudiantes reconocen que reciben menos formación en temas como la detección de correos fraudulentos y spam, y también en la identificación de información sesgada o subjetiva.

La crisis provocada por la COVID-19 y la limitación consecuente de la presencialidad en la formación ponen en relieve la importancia que adquieren internet y las tecnologías de la comunicación como medios para garantizar la continuidad del proceso de enseñanza y aprendizaje. Los países de América Latina deben realizar un mayor esfuerzo por eliminar las brechas digitales entre el alumnado y garantizar la conectividad y el desarrollo de habilidades y competencias.

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