Emociones en el aula. Una caja de herramientas

Las emociones tienen un rol fundamental en el aprendizaje para bien o para mal y debiéramos prestarle mucha atención para lograr un bienestar a los estudiantes que los estimulen a desarrollar una vida académica equilibrada.

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La rapidez con la que convivimos a diario provoca que, frecuentemente, experimentemos tensión emocional o estrés. Hay diferentes tipos de estrés y cada persona lo manifiesta y lo maneja de modo distinto. Nuestros alumnos, niños y adolescentes, también se estresan. Por lo tanto, que el docente indague sobre lo que les está ocurriendo y trabaje sobre esas emociones, fortalecerá el clima de aprendizaje.

Las siguientes prácticas forman parte de lo que he llamado “Caja de herramientas para trabajar las emociones en el aula”. Para los más pequeños, un ejercicio fácil de hacer, para testear el nivel emocional del grupo, es preguntarles cómo se sienten y que ellos vayan marcando en las siguientes imágenes:

Otra rutina diaria que puede realizar el docente al empezar el día es pedir a sus alumnos que escriban en sus cuadernos la fecha y “cómo está su día”. Allí podrán dibujar los “emoticones” de sus emociones. Por ejemplo:

“Hoy es lunes y hace frío. Me siento siento ______ porque __________”.

El rincón de la paz

Es positivo tener dentro del aula un “rincón de la paz”, en donde los niños que se sienten nerviosos o enojados puedan ir a encontrarse consigo mismos y calmarse. Allí se puede tener una mesa con hojas y lápices para que escriba o dibuje, actividades para pintar, almohadones para relajarse.

También se puede incorporar una caja con arena o plastilinas (construir permite que aquellos niños que son más sensoriales vuelvan a su equilibrio emocional), un burbujero (el mismo controla la respiración y esto los tranquiliza), una bolsita de arena (apoyar la bolsita de arena sobre las piernas de un niño estando sentado, interrumpe el movimiento y la inquietud, y vuelve a su estado de tranquilidad, logrando mejorar la atención).

La botellita de la calma

Se puede tener en el aula. Esta “botellita o frasco “, fue creado por María Montessori (1870-1952). Es muy simple de hacer y resulta útil para calmar cuando algo les pone nerviosos. Se trata de un frasco de plástico que es llenado de agua, pegamento y purpurina, que cada vez que se agite las formas y brillos que tiene dentro hace que los niños se tranquilicen. Muchas veces resulta efectivo en niños que no logran quedarse quietos y tenerla en su banco es una buena alternativa, pues ellos mismos van aprendiendo a autocontrolarse.

El juego del nombre

Su objetivo es el autoconocimiento, pues a través de éste los niños y adolescentes aprenden a conocer sus cualidades positivas. Se les reparte a los alumnos una hoja de papel y se les pide que escriban su nombre y apellido. Luego, se les pide que por cada letra de su nombre (a modo de acróstico) piensen y escriban una cualidad o virtud que lo destaquen. Es importante la socialización de este trabajo con el grupo, esto favorecerá que todo el grupo se descubra y reconozca aspectos del otro que no tenía en cuenta.

Responder a una acusación

Su objetivo es la regulación emocional. El maestro debe leer el inicio de la siguiente historia: “Matías camina contento por el parque, cuando de repente se encuentra con Simón. Simón está raro. Matías le pregunta qué le está pasando y Simón comienza a gritarle diciéndole lo había hecho quedar muy mal con los otros chicos amigos y que él tiene la culpa de todo que pasa. Entonces, Matías…”.

Una vez leída la historia, los alumnos deben pensar individualmente cómo actuarían si se encontraran en la situación de Matías. En función de las respuestas, que pueden ser escritas, se debate a qué conclusiones se puede llegar para resolver la situación. En todo momento se trata de enseñarles a escucharse y a comunicarse, respetando las resoluciones de todos de manera pacífica.

Escribir una situación

El objetivo de esta estrategia es que los alumnos distingan maneras de responder a una “acusación”, y así aprendan a controlar sus emociones y a solucionar conflictos. Por ejemplo, puede plantearse la siguiente situación:

  • Un grupo de amigos tienen un grupo de Whatsapp. Uno de ellos organiza un programa de fin de semana y sólo invita a “algunos”, los demás quedan afuera.

Se puede trabajar en parejas, darles un tiempo de reflexión y luego compartirla entre todos. Se debe acompañar al grupo para que reflexione sobre la solución del conflicto, de modo que se comprendan lo que sucede desde el punto de vista emocional para las personas implicadas en la historia.

Estas son algunas de las Herramientas de la Caja. Muchas de ellas parecieran ajenas a una dinámica escolar, pero todas inciden en el clima emocional del aula y como consecuencia en los procesos de enseñanza y de aprendizaje.

Las emociones tienen un rol fundamental en el aprendizaje para bien o para mal y debiéramos prestarle mucha atención para lograr un bienestar a los estudiantes que los estimulen a desarrollar una vida académica equilibrada.

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