La programación como parte del debate de la Informática como materia

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Ante el anuncio del Gobierno de la Comunidad de Madrid en el que se comunicaba que a partir de este ciclo lectivo se comenzará a dictar, a modo de proyecto piloto, la materia Programación en 15 institutos tecnológicos públicos de Educación Secundaria Obligatoria, Sobre Tiza consultó a los miembros de la Agrupación de Docentes de Informática y Computación de la República Argentina (ADICRA) para conocer su opinión acerca de esta medida y también dar cuenta de cómo se está pensando la incorporación de la Programación en las currículas argentinas.

Teniendo en cuenta lo que informó el Diario El País, el programa madrileño incluye algunos conceptos básicos de la lógica de la programación, pero también tiene una fuerte tendencia a la presentación de aplicativos y desarrollos puntuales como Scratch y Arduino. Esta manera de abordar los contenidos de programación tienen una cierta analogía con la enseñanza de aplicativos de ofimática de los años 90, en los que se aprendía a manejar software específicos de algunas empresas, pero poco se abordaba en términos de modos de entender las lógicas que operan por detrás de la idea de usabilidad.

Teniendo en cuenta la lucha por la instalación de la Informática como materia en Argentina y por entender que los contenidos de la misma son independientes respecto de los software específicos, los miembros de ADICRA hicieron algunas analogías entre el caso de Programación es Madrid e Informática en CABA.

Según Gustavo Cucuzza, en la CABA el debate inició de la misma manera en el contexto de la reforma de la Nueva Escuela Secundaria (NES). Luego de varios documentos y una campaña en la web mediante blogs, correos, Twitter, Facebook, la Dirección General de Planeamiento e Innovación Educativa (DGPIE) preguntó en uno de los materiales de trabajo de una jornada NES cómo les parecía a los docentes que había que enseñar programación.

“Como varios colegas argumentamos que programación es uno de los ejes de la #InformáticaComoMateria, en la jornada siguiente derivó en la creación de un espacio curricular nuevo llamado T.I. (Tecnologías de la Información) que le da un lugar prioritario a la programación pero en contexto, no como algo transversal o como una asignatura propiamente dicha”, afirmó.

Por su parte, Nancy Morales, subrayó que la enseñanza de la programación y más específicamente los conceptos relacionados con la resolución de problemas algorítmicamente, que luego podrán ser traducidos en un lenguaje de programación, forman parte inseparable de un todo, con contenidos intrínsecamente relacionados a la informática.

Algunos de los contenidos que se proponen en la currícula madrileña son Scratch como Arduino, que si bien son dos modos posibles de iniciarse en la programación, no dejan de ser propuestas de software específico, más allá de su carácter abierto. Ambos se utilizan en diferentes proyectos implementados en nuestro país, no obstante, preguntamos a los miembros de ADICRA si creen que es pertinente incluirlos en un programa curricular como contenido y qué otros software o plataformas son útiles para la enseñanza de la Programación, como medios para el aprendizaje y no como contenido

Andrea Rocca, señaló que el caso madrileño el contenido que se intenta ofrecer es nociones de programación orientada a objetos, con todo el pensamiento computacional previo.

“No hay dudas que hoy Blocky, code.org, y la programación para Android (impulsado por MIT) están tomando mucha fuerza. Pero lo que debe enseñarse en la escuela es el pensamiento lógico más allá del lenguaje de programación, ya que no sabemos con qué lenguaje se encontrarán los alumnos si deciden implementarlo en su vida adulta. Las herramientas que debe entregarle la escuela es el saber el porqué. Y enseñar que el cómo es variable según el avance de las tecnologías y la moda.

En este sentido, Morales, subrayó que independizarse de lenguaje o entorno de programación es indispensable: “Es posible enseñar los conceptos básicos de programación aún sin dispositivos. Por otro lado es posible trabajar con una amplia variedad de entornos adaptables a todos los niveles educativos, desde el nivel inicial”.

Ricardo Leithner, afirmó que no está de más la reflexión acerca de cuál es el tipo de hardware y software a elegir como plataforma educativa. Nos invita a hacernos algunas preguntas que no son menores para pensar en este tema: ¿Los dispositivos se definen en base a las necesidades escolares o a las disponibilidades y ofertas del mercado? ¿Se trabaja con entornos privativos y pagos que generan nuevos consumidores adeptos a esas marcas o con Software Libre que permita la total libertad de estudio y desarrollo?

En este aspecto, Cucuzza coincide con sus compañeros y afirma que en que en los enunciados no deben colocarse las herramientas y menos las marcas. “Lo importante es habilitar un espacio curricular, para que luego el docente de acuerdo al diagnóstico inicial de los diferentes grupos, de las diferentes escuelas, en contexto, decida qué programa o programas utilizará para llevarlo a la práctica en la enseñanza”, explicó.

ADICRA ha participado en los foros nacionales de Program.AR, que está instalando un debate acerca de cuáles son los mejores modos de integrar estos contenidos a la currícula nacional. No obstante, Marisa Conde señala que se mantiene la misma problemática al no reconocer el espacio de #InformáticaComoMateria y el hecho de que existen personas que se han formado desde los ISFD para la enseñanza de la Ciencias de la Computación. “Es una contradicción lo que estamos viendo, por un lado se apunta a mejorar la calidad educativa y se fundamenta la enseñanza de la programación como la “solución a todos los males cognitivos” y que a partir de que el chico aprenda a programar entonces mágicamente mejorará su capacidad para razonar y por ende su rendimiento escolar”, afirmó.

Conde también subrayó que la programación sólo es un recorte de la informática, es un componente pero no configura el “todo” por lo que es peligroso polarizar. Si bien se han creado clubes de programación, desde su perspectiva, no es la solución al problema de la falta de un espacio curricular específico, como así también los clubes de ciencia no anulan la enseñanza de la matemática, física, entre otras disciplinas, y refuerzan o le dan sentido a conceptos aprendidos.

“Por lo general estos clubes de ciencias son dictados por profesionales del área de las ciencias naturales, porque requiere el saber de un experto para poder transmitir conceptos científicos. En cambio pareciera ser que “los clubes de programación” no necesita contar con profesionales del área de informática, sino que alcanza con una persona que “toque de oído”, que sea canchero, con buen discurso y listo, preparado para salir a escena. Si la intención es mejorar la calidad educativa entonces no se entiende porque se retacea el aprendizaje de la Ciencias de la Informática dentro de la escuela, donde los chicos necesitan adquirir otras herramientas no sólo las de programación”, subrayó Conde.

Leithner hizo hincapié en la importancia de este regreso de la programación a las aulas. Si bien las primeras experiencias informáticas en la escuela de los ‘90 ya tuvieron una “impronta programadora”, está claro que el contexto era bien diferente. “Unas décadas atrás el lugar de las computadoras en la vida cotidiana aún no estaba definido y resultaba todavía más difícil anticipar cómo iba a impactar hacia el futuro. Las computadoras traían todo un mundo nuevo y desconocido y había que aprender sobre la marcha”, señaló.

“¿Qué hay que enseñar acerca de la Informática entonces? Hoy en base a esas experiencias podemos saber que son varios los aspectos que debe cubrir la enseñanza de la informática en la escuela. Que involucra el conocimiento acerca de la computadora y sus programas como herramientas, pero sobre todo acerca de sus técnicas de uso. Es que para lograr un dominio de las tecnologías digitales es necesario profundizar el conocimiento en todas sus dimensiones y capas, que involucran temas técnicos, lógicos y hasta sociales. Está claro que una de las dimensiones nombradas, la que permite explorar la genética de estas tecnologías, es la programación”, explicó.

En este escenario, el docente se pregunta ¿cuál debería ser el propósito de la Informática y específicamente de la programación en la escuela? Según él, sería un error sostener el rol funcional e instrumental, el de ser simplemente una herramienta de aplicación escolar o laboral.

“La tecnología que nos rodea forma parte de nuestro mundo y necesita un espacio para su estudio, como el que ya poseen las reconocidas y tradicionales áreas de conocimiento. Actualmente encontramos que el principal educador acerca del conocimiento tecnológico es el mercado. Y es sumamente eficaz en eso: lo consigue mediante el bombardeo de nuevos productos y sus publicidades o directamente imponiendo por lobby sus productos por sobre las prioridades de las políticas educativas. Claramente, promueve la formación de nuevos consumidores; no la de sujetos de derecho”, afirmó.

“Es sumamente importante el sostenimiento de la Informática como materia y el regreso de la programación a las aulas. Porque el variado y accidentado recorrido de computadoras y profesores de Informática en las aulas durante casi veinte años no ha sido en vano: la experiencia adquirida ha sido muy enriquecedora y es el momento de aplicar los cambios necesarios para llevarla a un primer plano en la currícula escolar. El mismo que tiene hoy la cultura digital en la sociedad”, continuó.

Mientras que Gustavo Cucuzza, señaló que si bien en la Argentina hay una saludable intención de instalar el debate, para lograrlo es muy importante todo lo que están haciendo la Fundación Sadosky y “Program.AR” a nivel nacional.

“Pero creo que la cuestión de fondo no se está tratando en ninguno de los dos países: es necesario contar con un espacio curricular propio dentro de las escuelas y profesionales con formación específica en el tema. Claramente la programación es parte inseparable de la #InformáticaComoMateria. Así como Geometría es parte de Matemática o Gimnasia de la Educación Física”, explicó.

Según él la no es un tema transversal como antes quisieron implementar con la enseñanza de la Informática tergiversada en “el uso de las TIC en la educación”. Su opinión es que las TIC en la educación o la “Informática educativa” era (¿es?, se pregunta) la utilización de las herramientas informáticas: hardware y software. En español sencillo: computadoras, celulares “inteligentes”, tablets, netbooks y todas sus aplicaciones/programas utilizados para enseñar las distintas áreas del conocimiento son sus herramientas. Incluso la programación.

“Pero para que esto se logre, hace falta un espacio curricular propio para un área con docentes formados para la enseñanza gradual y sistemática de los contenidos y las herramientas a todos los alumnos”, concluyó.

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