Un proyecto para llevar internet a zonas rurales

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Una investigación de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Nordeste analiza la factibilidad de aprovechar espacios blancos del espectro radioeléctrico en las bandas de la televisión abierta para llevar internet a zonas rurales y áreas carentes de este servicio. De esta manera, los momentos en que las señales no son usadas por los canales de TV serían aprovechados para llevar conectividad a internet de banda ancha.

Se trata de una idea ya probada a nivel internacional, aunque todavía no implementada en forma comercial, y cuyas posibilidades de aplicación en Argentina comenzaron a estudiarse por académicos de la UNNE. La tecnología “Redes Inalámbricas de Área Regional (WRAN)” cuyo eje es la norma internacional en desarrollo IEEE 802.22 para radios cognitivas, representa una sustancial innovación sobre la que aún no había investigaciones en Argentina y América latina referentes a su viabilidad de implantación en zonas rurales.

La norma 802.22, que acaba de ser aprobada en EEUU por el IEEE (Institute of Electrical and Electronics Engineers), enfoca el aprovechamiento de espacios vacantes en las bandas de VHF y UHF asignadas a canales de la TV abierta. Esa parte del espectro radioeléctrico no es ocupada en su totalidad ni en forma eficiente por los canales de televisión ya que, aún en las frecuencias activas de cada canal autorizado, no se emite durante las 24 horas ni se las necesita fuera del alcance geográfico de cobertura de la señal.

“La intención es que los espacios o momentos en que las señales no son usadas por los canales de TV se los aproveche para llevar conectividad internet en banda ancha a áreas en las que no llegan los servicios de acceso por cable, Wi-Fi o satelitales” explicó a Argentina Investiga el ingeniero Darío Goussal, director del proyecto que estudia su factibilidad en nuestro país.

No se trata de una alternativa que venga a competir con otros servicios de acceso sino que, justamente, pretende cubrir zonas geográficas donde no llega ningún operador, ya sea por cuestiones de infraestructura o comerciales, y de esta manera beneficiar a poblaciones que no pueden acceder a este servicio.

Esta tecnología estaba en desarrollo a nivel internacional desde 2004 y fue probada con éxito en EEUU, en julio de 2011 se aprobó el estándar aunque, como es lógico, aún no está disponible comercialmente. No obstante, en algunos países ya empezaron a hacerse estudios para determinar si será viable o conveniente utilizarla.

El grupo de Telecomunicaciones Rurales de la UNNE realiza los análisis de factibilidad de implantación en Argentina. “Estimamos que sería de utilidad atento a la extensión geográfica del territorio y la enorme amplitud de las zonas rurales a las que no llega ningún servicio de internet, pero no podemos asegurarlo hasta que no finalicemos los estudios correspondientes” señaló el investigador.

Indicó que, independientemente de la densidad poblacional de cada zona del país, la densidad territorial de localidades en gran parte de Argentina es muy baja. En zonas como la Patagonia, la distancia promedio entre puntos poblados es enorme y ello complica la arquitectura de las redes, la eficiencia de su uso y aumenta el costo de los vínculos terrestres necesarios para cubrir geográficamente el territorio.

Por otra parte, en el país, por ejemplo la banda UHF de los canales 21 al 69 está asignada a señales de la televisión abierta. Pero muchos de esos canales en cada zona no están ocupados y, de los que lo están, no todos transmiten las 24 horas, ni ocupan todo el alcance geográfico de cobertura posible, como ocurre por ejemplo en Chaco y Corrientes.

La migración actual de canales a la TV Digital provoca que se libere aún más espacio blanco en el espectro radioeléctrico, originalmente asignado a esos servicios en todo el mundo. Es lo que ha ocurrido en EEUU y otros países de gran superficie. Aunque a lo largo de los años en Argentina se otorgaron más de 2.000 licencias para TV codificada y no codificada en UHF, la ocupación efectiva de canales es hoy irregular y quedan muchos espacios libres. Mientras tanto, las necesidades de conectividad en los pueblos pequeños y aislados y en la población rural dispersa son enormes.

Goussal agregó que conocer la situación de ocupación efectiva de canales reviste primordial importancia para evaluar la implantación nacional de esta tecnología, “y en eso estamos avanzando en las investigaciones”.

En el marco del estudio, se analizan fundamentalmente cuestiones del planeamiento estratégico para las redes necesarias, como criterios y límites de utilización de las bandas, modelos de factibilidad para tecnologías de radios cognitivas; distribución geográfica de necesidades de conectividad rural en banda ancha y prioridades de expansión factibles en el país; y las estrategias más adecuadas de expansión de la infraestructura de acceso en el medio rural.

Sobre las posibles prestaciones de esta tecnología, señaló que la ventaja de usar las frecuencias de VHF y UHF es su mayor alcance. Con el ancho de banda equivalente a un sólo canal de TV abierta se podrían atender hasta 358 abonados en una celda de concentración promedio de casi mil kilómetros cuadrados, con velocidades de acceso similares a una conexión DSL urbana.

El investigador reiteró que, por ello, no es una tecnología que competirá con los servicios comerciales de internet y no constituirá un servicio de menor calidad, y sí puede representar una solución económicamente factible para zonas que nunca tuvieron internet y es probable que no lo tengan.

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